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La Luna es muy fértil y se puede producir allá agua, oxígeno y electricidad: astronauta del Apolo 17

 

Durante los últimos 2 o 3 millones de años, la humanidad siempre ha avanzado hacia el exterior para encontrar recursos y para mejorar su existencia realmente, y creo que el espacio es parte de eso. Probablemente está en nuestro ADN, probablemente es parte de la evolución. Para sobrevivir, no te puedes quedar para siempre en un solo lugar, ya seas una familia, o una tribu, o toda una civilización. El asentamiento en la Luna y en Marte es extremadamente importante para que la especie humana se propague por todo el sistema solar y posiblemente más allá”, le dijo el ex senador y astronauta del Apolo 17, Harrison Schmitt, al diario Telegraph de Londres la semana pasada (publicado el 21 de julio).

La generación del programa Apolo está falleciendo muy rápido, señaló Schmitt, quien tiene 83 años de edad. Colonizar la Luna es responsabilidad de la siguiente generación, como fuente de combustible para la energía de fusión, y como campo de prueba para lo se necesita para salir y explorar el espacio profundo.

Schmitt considera que colonizar la Luna es la parte fácil de esto. “Las capas de escombros en la Luna, ofrecen la oportunidad de producir agua, hidrógeno y oxígeno como combustibles. Además también es muy fértil, así que si quieres producir alimentos, eso también se puede lograr. Hacer asentamientos en la Luna va a ser como pan comido”, le dijo al Telegraph.

“Creo que dentro de 50 años, en el centenario del Apolo, habrán asentamientos en la Luna, gente que vivirá de manera permanente allí, produciendo lo necesario en la Luna. No solo esto va a servir para una misión a Marte, sino que el Helio3 que es un combustible ideal para la generación de electricidad porque no deja residuos radioactivos, y la necesidad de producir electricidad no va a reducirse, la civilización depende de ella, y esta es una de las fuentes de mayor potencial y de largo alcance”.

Schmitt fue el primero científico astronauta en caminar por la Luna. El y Eugene Cernan recabaron 243 libras de material durante las 75 horas que estuvieron en la superficie de la Luna, atravesando 30.5 kilómetros en el vehículo lunar. La geología no era lo único que le interesaba. Schmitt contó al Telegraph como había “llevado a cabo experimentos personales para ver si podía pronosticar patrones climáticos en la Tierra, haciendo pronósticos cuidadosos y esperando que el planeta rotara para constatar si estaba en lo correcto”.

“Soy geólogo, y en mi carrera profesional siempre he pensado en la Tierra como un planeta”, explicó.

No es de sorprender que con ese pensamiento científico optimista, Schmitt ha sido un opositor franco del fraude del cambio climático antropogénico, y se muestra muy poco impresionado por las críticas que le han hecho los ideólogos verdes. Se unió a William Happer para fundar la “Coalición por el CO2”, y forma parte de la directiva de expertos. En un artículo editorial publicado en el periódico Wall Street Journal en el 2016, del que fue coautor con Rodney Nichols, titulado “The Phony War Against CO2” (La fraudulenta guerra contra el CO2), Schmitt escribió que es algo “anticientífico e inmoral” tratar al beneficioso gas de dióxido de carbono como un peligroso contaminante.