Internacional

Encuestas dan el triunfo a Giorgia Meloni una fascista que niega que lo es en las elecciones de Italia

Los italianos eligen nuevo gobierno y todas las encuestas dicen que estará liderado por la extrema derecha. La líder de Hermanos de Italia, Giorgia Meloni, podría convertirse en la primera líder de Gobierno mujer en el país transalpino, lo que provocaría un terremoto en la política europea. Siga la última hora de todo lo que ocurra en las decisivas elecciones de Italia.

 Arranca el escrutinio con una más que segura victoria del bloque de derechas

 La participación final cae estrepitosamente: 10 puntos menos que en 2018

El Ministerio del Interior italiano ha publicado el dato de participación final de estas elecciones generales: apenas el 64% de los ciudadanos que tenían derecho al voto lo han ejercido. Esto supone casi 10 puntos porcentuales menos que en los comicios del 2018.

 

¿De dónde saca votantes Giorgia Meloni?

 

Con los primeros sondeos a pie de urna, parece que las elecciones de Italia tienen un claro ganador: la ultraderechista Giorgia Meloni. Pero, ¿de dónde logra los votantes el partido Hermanos de Italia? Pues los politólogos ven una corriente de enojo profundo con las instituciones y la política tradicional del país, con antiguos votantes de Salvini, Berlusconi e incluso el M5S.

 

Meloni ganaría en las elecciones italianas, según el sondeo a pie de urna

 

La ultraderechista Giorgia Meloni ganaría las elecciones en Italia con entre un 22 y un 26% de los votos, según los primeros sondeos a pie de urna publicados por la RAI. El Partido Demócrata, su principal rival, obtendría entre el 17 y el 21% de los sufragios.

 La Liga de Matteo Salvini se quedaría con entre el 8,5 y el 12,5% de los votos y Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, apenas lograría entre el 6-8%. La sorpresa sería el Movimiento 5 Estrellas, que no cae tanto como se vaticinaba y se quedaría con un 13,5-17,5% de los sufragios.

 La coalición de centro-derecha lograría una abultada mayoría, con una horquilla de entre el 41 y el 45 % de los votos, lo que le daría para lograr entre 227 y 257 escaños en la Cámara baja. Por su parte, el bloque de centro-izquierda apenas se quedaría con menos de 100 diputados.

 

Vota Giorgia Meloni pasadas las 22:30, poco antes del cierre de urnas

 

Aunque se ha hecho esperar, Giorgia Meloni ha votado. La candidata ultraderechista, principal favorita para la victoria, ha apurado hasta pasadas las 22:30 horas para acudir a las urnas, apenas unos minutos antes del cierre de los colegios electorales.

  La jornada electoral en Italia, que se ha desarrollado sin incidentes, ha dejado algunas imágenes que han dado que hablar en la larga espera de los resultados.

 La ultraderechista Giorgia Meloni retrasaba su aparición al final de la jornada y colgaba en su redes sociales un vídeo en el que aparecía con dos melones a la altura de su pecho para jugar con su apellido (melones, en español). Y sonriendo a la cámara y guiñando un ojo afirmaba: "25 de septiembre. He dicho todo".

 En fila, como cualquier ciudadano, el cuatro veces mandatario y presidente de Forza Italia, Silvio Berlusconi, esperaba su turno para votar en Milán junto con su pareja y diputada del partido, Marta Fascina, mientras se daban un beso.

 Saltándose todas las normas, Matteo Salvini, líder de la Liga, no se limitó como el resto de políticos a animar a votar. “Cuento que la Liga es la fuerza parlamentaria en el podio: primero, segundo o tercero como mucho. A partir de mañana pasamos de los compromisos a los hechos, tenemos las ideas claras", declaró al salir de su colegio en Milán.

 

QUIEN ES GEORGIA MELONI

 

 Lo primero que hace un fascista que se sirve de la democracia para tratar de alcanzar el poder es negar que es fascista. "El fascismo es historia desde hace décadas", ha dicho durante la campaña electoral italiana Giorgia Meloni (Roma, 45 años). El siguiente paso del posfascismo consiste en arrojarse a los vientos de modernidad propios de la evolución social y dejarse mecer; mezclarse entre los demócratas y empoderar a una mujer para cazar en ese coto electoral femenino que difícilmente elegiría a un hombre cuyo discurso venteara sobre recortar derechos a las de su género. Ocurrió con Sarah Palin y su tea party en Estados Unidos; con Marine Le Pen en Francia; con Pernille Vermund en Dinamarca; y, pese a cosechar estridentes fracasos, con Rocío Monasterio o Macarena Olona en España.

 Lo cierto es que Giorgia Meloni, la candidata de Hermanos de Italia, partido heredero de la Alianza Nacional y del Movimiento Social Italiano (MSI) —fundado en 1946 tras la muerte de Mussolini—, puede convertirse en primera ministra en las elecciones generales del domingo. Cose dall'Italia.

 La formación de Meloni encabeza las encuestas con más de una cuarta parte de la intención de voto, en cuyo haber debe tenerse en cuenta el singular crecimiento en apoyos operado entre el electorado femenino. En las europeas de 2019, el 50% de los votos de Hermanos de Italia procedía de mujeres, 13 puntos más que los recibidos en 2014. El respaldo femenino a las ideas de Giorgia Meloni resulta más llamativo cuanto más se piensa en que hablamos de un Estado en que las leyes de igualdad llegaron siempre a deshora, la política es tremendamente patriarcal y solo una mujer es presidenta de región. Sin embargo, la cruda realidad apunta que en las dos áreas donde el partido de Meloni comparte gobierno, muchas mujeres que desean interrumpir su embarazo deben desplazarse a otras zonas para adquirir la píldora abortiva. Meloni representa, por tanto, todo lo opuesto al feminismo.

 Aunque no se recuerdan artículos suyos más allá de lo escrito en medios afines a la Alianza Nacional, las biografías de Giorgia Meloni la presentan como periodista. Periodista ideologizante, en cualquier caso. La puesta de largo a los 15 años en las juventudes del MSI ya apuntaba maneras. Su despertar a la adolescencia podría haber discurrido como el de tantos jóvenes que se encaminan hacia la edad adulta deslumbrados por la simbología del fascio y los uniformes de Hugo Boss de las SS, para descubrir, antes de los 18, que aquello no era más que la brillantina de la pubertad. Pero Meloni se mantuvo firme en aquel carril trazado décadas atrás por las Camisas Negras del Duce, en el que una parte de Italia viaja desde hace tiempo hacia no se sabe dónde.

 Camisa negra, piel de cordero. Además de negar la carcunda de su ideario, la líder de Hermanos de Italia ha tratado en esta campaña de dulcificar su mensaje con la vieja táctica de confrontar ideas en un mismo discurso; negando unas cosas para reafirmarse en otras; enfrentando conceptos de modo que no parezca lo que en realidad son para confundirse entre el pelotón de indecisos; descartando unas opciones en beneficio de otras; e introduciendo los ingredientes en la misma coctelera a fin de lograr un combinado al gusto de cualquier paladar. Diremos a la gente lo que quiere oír y cuando lo quiere oír.

 La puesta en práctica más evidente de esta estrategia no la vimos en Italia, sino el pasado junio en Marbella, donde Meloni intervino en un mitin de Vox durante la campaña andaluza: "Sí a la familia natural, no a los lobbies LGBTi; sí a la identidad sexual, no a la ideología de género; sí a la cultura de la vida, no al abismo de la muerte; sí a la universalidad de la cruz, no a la violencia islamista; sí a fronteras seguras, no a la inmigración masiva; sí a la soberanía de los pueblos, no a los burócratas de Bruselas; y sí a nuestra civilización, y no a quienes quieren destruirla".