En 1980 existía aún la costumbre de llevar serenata a la persona amada, y para ello no hacía más falta que ir a las calles de Reforma y Pino Suárez, en donde estaban toda la noche conjuntos regionales y mariachis esperando a algún cliente. Como el concepto de inseguridad no existía tal como hoy lo conocemos, era una acción tranquila y segura. Aquí vemos a un mariachi boleándose esperando a que alguien lo contrate para llevar serenata. Foto de Abel Jiménez Texto: LEB
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