24/Apr/2024
Editoriales

LAS INSTITUCIONES NECESITAN MUCHO MAS

De las frases que se destacaron en el discurso que pronunció ayer el presidente Enrique Peña Nieto al anunciar oficialmente la detención de Joaquí­n "el Chapo" Guzmán se destacaron las que tienen que ver con la defensa que hizo el mandatario de la "fortaleza de las instituciones".

Lo dijo de dos formas, en la primera diciendo que la detención demostraba que "los ciudadanos pueden confiar en ellas", eso al inicio del discurso; y también en la última parte de éste cuando afirmó que "la detención de este dí­a demostraba que las instituciones tiene toda la capacidad y fortaleza para hacer frente y superar cualquier amenaza". Se trata pues de dos formulaciones diferentes: Una que los ciudadanos puede confiar en las instituciones en el sentido de su honestidad y limpieza, y la otra que pueden confiar en ellas por su capacidad, digamos material y logí­stica, para hacer frente a los que amenazan la tranquilidad de los mexicanos.

Se notó en el discurso del presidente la preocupación por defender la credibilidad y capacidad de las instituciones de seguridad del paí­s. Esa preocupación se entiende y es muy loable. Sin embargo, la sola detención del Chapo Guzmán, quien ya se habí­a fugado dos veces después de detenciones espectaculares como esta, ha lastimado profundamente esa credibilidad de las instituciones. Pero, desgraciadamente, no es solo ese caso el que las ha lastimado.

También está el caso de los jóvenes normalistas desaparecidos en Ayotzinapa, o la desaparición, la muerte o la ejecución de miles de mexicanos que siguen ocurriendo desgraciadamente todaví­a. Ojala y ya se haya iniciado la recuperación de esa credibilidad y que después de la captura del Chapo Guzmán se sucedan ortos logros y triunfos de las instituciones de seguridad. Cuando ya sean varios esos logros entonces quizá la ciudadaní­a volverá a confiar plenamente en ellas. No le pidamos eso a los mexicanos a raí­z de una sola captura, la captura de un delincuente cuyas dos fugas solo representa una de las tantas afrentas que ha vivido la ciudadaní­a.