Internacional

Derrota de Temer en proyecto reforma pensiones le deja un duro escollo a su sucesor

Brasilia -  La decisión del presidente Michel Temer de tirar la toalla respecto a una reforma del sistema de pensiones de Brasil deja la impopular medida como un tema central de la campaña para las elecciones de octubre y un gran dolor de cabeza para su sucesor.

El anuncio del lunes de que el Gobierno de Temer abandonó su intento de reformar el sistema de seguridad social -una pieza clave en sus esfuerzos de reforma fiscal- desató la preocupación de las agencias de calificación crediticia de que la mayor economía de América Latina no está poniendo sus asuntos en orden a nivel financiero.

El generoso sistema de pensiones de Brasil está en el centro del déficit presupuestario que aumentó del 3 por ciento del PIB en el 2013 a un 10 por ciento dos años después, antes de retroceder al 8 por ciento el año pasado cuando la economía del gigante sudamericano salió de la recesión.

La razón oficial para abandonar el proyecto fue una intervención militar en el estado de Río de Janeiro decretada el viernes después de una ola de violencia sin precedentes durante el Carnaval. Las enmiendas constitucionales, como la ley de pensiones, se bloquean durante la intervención federal de un estado.

El despliegue del Ejército en Río será bien recibida por los votantes en una nación donde las encuestas muestran que la seguridad pública es la principal preocupación. En Brasil se cometen 60.000 asesinatos al año y sus ciudades se encuentran entre las más peligrosas del mundo.

Los críticos de Temer, sin embargo, dijeron que el mandatario encontró el pretexto perfecto para evitar una derrota vergonzosa.

Mientras Temer, de 77 años, se acercó a la mayoría necesaria para aprobar la ley el año pasado, perdió capital político luchando contra las acusaciones de corrupción y en un momento el Gobierno descubrió que se le había agotado el tiempo, debido a que los legisladores que buscarán la reelección este año se negaron a respaldar la impopular medida.

“Ahora el Gobierno no tiene que admitir que perdió la batalla por la reforma de las pensiones”, dijo Fabio Sousa, un congresista del centrista PSDB que respaldó la reforma.

“El próximo presidente tendrá que hacer el ajuste fiscal, lo cual está bien, porque tendrá un mandato de los votantes para hacer algo al respecto”, sostuvo Sousa en una entrevista. “Lo bueno es que la reforma de las pensiones ahora será un tema de la campaña electoral”.

En un esfuerzo por tranquilizar a los inversores, el gabinete de Temer anunció el lunes planes para acelerar otras 15 políticas, que van desde incentivos fiscales hasta la privatización de la mayor empresa de servicios públicos del país y el fortalecimiento de la autonomía del banco central.

Sin embargo, la agencia de calificación Moody’s advirtió el martes que la decisión del Gobierno podría restringir su capacidad para cumplir con un techo de gasto aprobado el año pasado.

El mercado espera que el Gobierno alcance su objetivo de déficit este año, pero es dudoso que pueda hacerlo en el 2019.

La deuda pública bruta de Brasil asciende a 4,9 billones de reales (1,5 billones de dólares), o el 75 por ciento del PIB, relativamente alta para una economía emergente.

Sin medidas para reducir los fuertes gastos obligatorios la deuda pública bruta continuará subiendo, dijo Felipe Salto, director del Independent Fiscal Institute, una oficina bipartidista del Senado que apunta a la transparencia en las cuentas del Gobierno.

El Gobierno proyecta que la deuda se estabilizará en 2020 al 80 por ciento del PIB, pero sin una reforma de pensiones eso queda en duda.

“Hay que mostrarle a los inversores que se estabilizará. Si no hay un horizonte de estabilización, el mercado verá un riesgo de insolvencia y se necesitarán tasas de interés más altas para financiar una deuda en aumento”, dijo Salto.