09/May/2024
Editoriales

Casualidades ¿o causalidades?

Los rumores en nuestro México son textualmente un deporte nacional. Tan sólo en el último día circula: Que la inédita fuga de capitales nos llevará a la bancarrota; que City Group vende Banamex porque vamos enfilados a ser un país socialista donde todos seremos pobres; que el presidente infectado de Covid 19 sólo busca un relanzamiento de su imagen y luego del éxito en el plebiscito va a modificar la constitución para reelegirse.

Los chismes se reproducen en redes sociales y en medios de comunicación. Sólo para que al siguiente día el presidente conteste con un discurso dirigido a los más pobres de México en donde explica que los capitales extranjeros vienen a robarse los recursos del pueblo, que Banamex nunca debió ser propiedad de extranjeros, y que él no quiere reelegirse, a pesar de que muchos se lo piden. El resultado es que su popularidad entre los muchos, se mantiene o se eleva, por eso les pica la cresta a los clasemedieros y a los ricos.  

Esto recuerda la conocida anécdota de Thomas Alva Edison que invitaba seguido a sus amigos a su casa de verano que se quejaban porque la puerta de entrada siempre estaba muy pesada, y se batallaba para abrirla. En un momento de sinceridad, Edison les mostró un alambre escondido conectado a la puerta que accionaba un mecanismo que cada vez que alguien abría la puerta sacaba cien litros de agua del pozo, así que cada vez que alguien lo visitaba le ayudaba a regar su jardín. Y los amigos siguieron visitándolo.

Así a López Obrador, entre más se le critique, mejores calificaciones recibe y consolida sus aspiraciones políticas, las que sean, porque acude a la conciencia de aquellos con los que se identifica, a los que les ayuda directamente con un chequecito mensual. Y ya pasaron más de tres años de ese círculo vicioso de agresión-rumor-respuesta-apoyo popular. Esto da a qué pensar ¿Los ataques serán casualidad o serán causalidad?