Junio 4 de 1916: nace Adriana García Roel, quien sería una destacada mujer de letras, que escribió obras del más alto nivel literario en México. Fue la primogénita de los cinco hijos del matrimonio regiomontano formado por Mario A. García, y María Roel, perteneciente a la familia (hermana) de Santiago Roel, distinguido político e historiador, padre de Santiago Roel García, secretario de relaciones exteriores de México. La familia de Mario García y María Roel fue apreciada porque además de Adriana (la mayor de sus hermanos), también destacó Fernando García Roel, quien sería uno de los mejores rectores que ha tenido el Instituto Tecnológico de Monterrey.  Adriana heredó de Don Mario -su padre- su afición a la literatura, especialmente a la magna obra de Cervantes, El Quijote. Siendo apenas una niña de nueve años, Adriana editaba un modesto periódico que repartía entre sus familiares, llamado ‘Pinocho’. Una vez terminados sus estudios en nuestra Ciudad, Adriana estudió en la UNAM varios cursos de literatura, así que cuando regresó a Monterrey, empezó a escribir cuentos y algunos ensayos de temas varios, que se publicaban en ‘El Día’, la ‘Revista de revistas’, y ‘El Continental, con el seudónimo ‘Nadie’ y ‘Nada’. Pero pronto se supo quien era realmente la autora, por lo que saltó a la fama pública. 

 Cuando escribió y se publicó ‘El hombre de barro’ en el año de 1942 tuvo tanto éxito en anaqueles que le fue otorgado el premio Lanz Duret, del periódico ‘El Universal’. En 1955 tuvo otro éxito con ‘Apuntes Ribereños’, un relato de bitácora de su viaje por el Golfo de México. Sus novelas ‘Lucía, la de Tlalpan’, y ‘Eight O’Clock at Chimalistac’ en el idioma inglés, le valieron para que en 1990 el gobernador Jorge Treviño le impusiera la Medalla al Mérito Cívico del Gobierno de Nuevo León. Adriana García Roel partió al viaje eterno en octubre de 2003, siendo considerada una pionera entre las mujeres escritoras de Nuevo León, que últimamente han brillado mucho en el cielo literario varias novelistas regiomontanas.