08/May/2024
Editoriales

El agua, vida y muerte

El mar hace flotar y rechaza lo que no quiere o lo traga hacia su fondo sin darle oportunidad o perdón. 

 Sin agua el estanque, ningún objeto flota ni se refleja en él. Sólo yace su fondo sucio como testigo silencioso de nuestra indolencia. 

 

 Ironía. 

 

Sociedad sin agua aflora lo humano y descubre lo que somos: culpables confundidos como en torre de babel.

Como en cualquier población, sin agua crece el escarnio, el cinismo, la revancha, el delito, el insano propósito e irrespetuosa higiene. Arrogancia y soberbia, excusa y justificación. 

Política.

La naturaleza ríe y se burla al correr la cortina y sorprender nuestra desnudez sin el falso vestuario de valores.

Gritamos quejas y echamos culpas, ocultando las nuestras por esto o por aquello. Desconocimiento o indiferencia: millones que por hambre y sed mueren. 

 Por no entender, comprender o no aceptar, el agua que da vida, _"in absentia o praesentia"_ podrá destrozarla sin dar combate a nuestra falsa figura de poder. 

 A veces su abundancia es incontrolable y arremete contra los estorbos humanos que invaden su cauce, interrumpen o desvían su curso.

 Todos los días EL AGUA nos dice tanto y no le escuchamos. Le ignoramos, le usamos y explotamos sin conciencia y además le contaminamos. 

 Agua hay suficiente pero le desperdiciamos creando conflictos sociales y guerras entre naciones por escasez provocada.

 Muy pronto ningún elemento de la tierra tendrá más valor que EL AGUA. 

 

Agua es vida; y muerte si no existe. 

 

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