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Con compleja cirugía de corazón, especialistas de la UMAE No. 34 salvan a bebé de siete meses

·         Era de alto riesgo realizar intervención de corazón abierto, por lo que optaron por la mínima invasión, que fue un éxito

·         Es la primera cirugía de este tipo que practica el IMSS en el noreste del país

·         “De no hacer el procedimiento, la mortalidad para la menor era del 100 por ciento a corto plazo”.- Carolina Mier y Reyes, jefa de División de Pediatría

 

Monterrey.- A tan sólo siete meses de nacida, el daño congénito en su corazón tenía a la pequeña Deyna en peligro de muerte, por lo que especialistas de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) No. 34, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Nuevo León, realizaron con éxito una cirugía de alta complejidad y mínima invasión que devolvió a la menor una esperanza de vida.

 La madre de la bebé, Soledad Cruz Ramírez, relató que en Oaxaca, de donde es originaria, detectaron desde su embarazo el problema en el corazón, mediante una ecocardiografía fetal.

 La madre viajó con la pequeña a Saltillo, Coahuila, y posteriormente a la ciudad de Monterrey, en busca de una mejor atención para su hija, quien a los tres meses de nacida, tenía fuertes sudoraciones cuando era amamantada y mostraba serias dificultades para respirar.

 La menor ingresó a la UMAE No. 34 el 5 de agosto. Los médicos especialistas identificaron y valoraron los daños de origen congénito; los ventrículos (cavidades principales) del corazón no eran firmes, sino esponjosos y dilatados, su fibra muscular de soporte era débil y el tabique que los divide tenía una perforación de más de un centímetro.

 Tal perforación ocasionaba que se fugara sangre de un ventrículo a otro, lo que aumentaba el flujo sanguíneo hacia el pulmón, detalló la jefa de Terapia Intensiva Pediátrica, doctora María Elena Molina Garza.

 Cuando la opción común de abrir el corazón para parchar la perforación ya no era alternativa por el alto riesgo de muerte de la pequeña paciente, los médicos optaron por la mínima invasión.

 Procedieron a introducir un catéter que llevaba en la punta un dispositivo llamado Amplatzer, cuya forma de “yoyo” permitió cubrir el orificio del tabique intraventricular central, para impedir la fuga de sangre.

 “En 19 años, yo no había visto un caso igual, al menos en el noreste del país el IMSS no había tenido esta experiencia quirúrgica”, resaltó Molina Garza.

 “Hay muchas cirugías para corregir perforaciones, pero en este caso, las cavidades no eran compactas, sino esponjosas y débiles, difícilmente la paciente hubiera resistido una cirugía de corazón abierto, por eso buscamos la opción de mínima invasión y estamos contentos con los resultados que marcarán precedente”, añadió.

 Por su parte, la doctora Carolina Mier y Reyes, jefa de la División de Pediatría en la UMAE No. 34, subrayó que de no hacer el procedimiento, la posibilidad de mortalidad en la menor era del 100 por ciento a corto plazo.

 La intervención le dio la oportunidad de vida y expectativa de recuperación al músculo cardiaco, una vez corregida la falla.

 Tras la intervención de especialistas en cirugía cardiovascular y de tórax, pediátrica, anestesiología, perfusionistas, intensivistas, intervencionistas, ecocardiografistas y cardiólogos pediatras,  la menor se encuentra estable con los cuidados necesarios y los médicos esperan que evolucione favorablemente.

 Con el llanto en su rostro, Soledad expresó: “es un milagro, porque lo que le hicieron no es nada fácil, ella no tenía un problema nada más, tenía varios… No tengo palabras para agradecer a los médicos, la tengo conmigo, la estoy viendo y va bien mi niña, gracias a Dios”.