04/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Diciembre 30 de 1880: Ordena el presidente Porfirio Díaz modificaciones importantes en la Bandera Nacional. Tras la muerte del presidente Benito Juárez, y luego de una serie de levantamientos, el general Porfirio Díaz logró hacerse del poder. En la parte central de la Bandera Nacional estaba un águila de frente con las alas abiertas, devorando a una serpiente. Característica principal de nuestro Lábaro Patrio es que el centro de atención lo monopoliza la franja central, de color blanco, donde aparecía la simbología anotada, pero ahora -tras la orden presidencial de Díaz- se modificaba con un águila que aparecía con las alas también abiertas, pero en forma majestuosa, y semi rodeada de una corona de laureles muy al estilo de las culturas clásicas europeas en señal de triunfo, victoria y poder cesariano. Así que la nueva Bandera Nacional en la Era Porfiriana, se modificaba con un nuevo Escudo, y así se mantuvo durante las tres décadas que duró la dictadura de Díaz. Ya después, en 1916, el presidente Venustiano Carranza expidió un decreto el 20 de septiembre ordenando que el Escudo (ya oficializado como nacional) volviera a aparecer en las banderas, pero ahora con el águila de perfil, como ya había sucedido antes, con algunas enseñas de mediados del siglo XIX, con sus alas en actitud de ataque y devorando a la ya famosa serpiente de cascabel…, como símbolo del lugar exacto donde los aztecas fundarían su ciudad México-Tenochtitlan. A este emblema sólo se le agregaría una leyenda que lo enmarcaría: Estados Unidos Mexicanos. La Bandera Nacional se mantuvo así hasta el decreto del presidente Gustavo Díaz Ordaz, fechado el 17 de junio de 1968, que hacía pública la “Ley sobre las características y el uso del Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales”. Desde entonces, nuestro lábaro patrio luce sus tres bellos colores y su poderoso escudo plásticamente mejor diseñado y dibujado provocando un sentimiento de mexicanidad.