30/Apr/2024
Editoriales

La importancia de las religiones

Aunque la ciencia y la tecnología sigan avanzando, las diversas religiones tienen un preponderante papel en todos los pueblos y naciones. 

 Esto es debido a que la subsistencia de los seres humanos tiene tres aspectos: el físico, el mental y el espiritual. 

 Cada uno de estos aspectos debe contar con un sustento mínimo, porque cualquiera de ellos que sufra de inanición impide que los otros dos funcionen correctamente. 

 Y esto no es nuevo; todas las culturas antiguas tenían su propia religión que le llamamos ahora mitología, pero que era parte de su identidad.

 En esta región del mundo se acostumbraba que si una tribu dominaba a otra, absorbía sus mitos y leyendas. 

 Y son tantas las leyendas de las diferentes culturas, que vale mencionar sólo a los dioses más relevantes de los aztecas y los mayas.

 Empezando por Quetzalcóatl que normalmente es representado por un hombre saliendo del hocico o las fauces de un animal. Era un muerto que les traía habilidades para las artes la agricultura, la construcción y la escritura.

 Huitzilopochtli era el dios de la guerra. Se representa como un guerrero con su armadura que con ella nació, y era tan feroz que mató a sus 400 hermanos y hermanas. 

 Sin embargo, paradójicamente su símbolo era la tierna figura de una mariposa, que se consideraba el alma de un guerrero muerto.

 Tezcatlipoca. Originalmente era el dios del sol, pero como fue derrotado por Quetzalcóatl se convirtió en dios de la noche y patrono de brujas y ladrones. Se le presenta con la figura de un jaguar. 

 Quetzalcóatl /Kukulcán. “La serpiente emplumada” era el dios de la vida, el dios sol y el salvador de los hombres. Sin embargo, Tezcatlipoca se encargó de intrigar en su contra, y hubo de irse hacia el Este, prometiendo regresar. 

 Es por ello que, cuando llegó Cortés, muchos indígenas creían que se trataba del regreso de Quetzalcóatl.

 Otro dios importante era Tláloc, el dios de la lluvia y sus manantiales, pero además el dios de las montañas; su esposa era Coatlicue, la diosa del parto.

 Las religiones siempre han sido un medio de control de las pasiones humanas. Una buena formación espiritual siempre será un elemento de pacificación cuando los ánimos se calientan. 

 

 Hay muchos ejemplos actuales de personas con principios religiosos que suavizan las inercias nefastas de hacerle daño a sus semejantes.