24/Apr/2024
Editoriales

Las redes sociales pandémicas

Las redes sociales en estos tiempos de reclusión obligada por la pandemia se volvieron indefectibles porque las videoconferencias nos hacen sentir cerca de familiares y amigos.  Ahora hay gente que no hace otra cosa que entrar a Facebook, Twitter, Whatsapp, o Instagram todo el día, chateando o subiendo fotografías o pidiendo oraciones para algún familiar en problemas. Este uso intensivo de las redes tiene cosas buenas y malas que deberán estudiar los psicólogos, pues se está gestando un cambio masivo de costumbres, y la costumbre es la segunda naturaleza del individuo. Es decir, que al término de este proceso habrá muchas personas con diferentes costumbres y caracteres. El Facebook es buen indicador de esto; por ejemplo un amigo que tiene años entre mis contactos, he visto que ahora toma algunos videos o fotografías para compartirlos en su muro, lo cual es bueno, pues de eso se tratan las redes sociales, de compartir cosas, pero ya no los marca con un “me gusta” que desde luego no es obligatorio, pero sí una cortesía mínima para quien te regala un material atractivo. Ya entrado en esa investigación, revisé su talante a la hora de escribir y de ser una persona ensimismada hasta hace un medio año, ahora se expresa en forma fluida y desparpajada, rayando en grosero con quienes comentan algo de sus publicaciones. Esto puede ser tan peligroso como la pandemia misma, pues pronto nos reintegraremos a nuestra vida social, y podríamos llevarnos sorpresas agradables o todo lo contrario.