02/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Julio 8 de 1867: muere fusilado en Ciudad de México el ex gobernador Santiago Vidaurri. Nacido en 1809 en Villa de la Punta de Lampazos, estudió sus primeras letras en su tierra natal, y salió a la luz pública el 12 de enero de 1832 cuando sostuvo en Monterrey una pelea con el soldado Juan Olivares a quien le cercenó la mano izquierda. Preso por ello laboraba de escribano oficial y al salir libre le ofrecieron trabajo en ese mismo oficio, en la Secretaría General de Gobierno. El gobernador Juan N. De la Garza y Evia lo nombró oficial mayor de 1835 a 1837, y los gobernadores Joaquín García, Manuel María de Llano, y Jerónimo Cardona, lo nombraron Secretario General de Gobierno.

Tras la guerra con Estados Unidos y la venta de La Mesilla, el país se convulsionaba por los excesos del dictador Santa Anna, así que Juan Álvarez y otros caudillos liberales, lanzaron el Plan de Ayutla en 1854. Vidaurri emergió como el líder regional más relevante del noreste nacional enarbolando el Plan Restaurador de la Libertad y convocando a Nuevo León, Coahuila, y Tamaulipas a “oponerse a los gobiernos despóticos y formar una entidad separada en tanto la situación nacional mejorara”. Así Vidaurri se afiliaba al movimiento liberal del Plan de Ayutla, y se erigió gobernador de Nuevo León, del 23 de mayo del año 1855 al 12 de diciembre de 1856, y después del 17 de agosto de 1857 al 25 de septiembre de 1859. Su liderazgo regional impulsaba la creación de la República de la Sierra Madre, con los estados de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas. pero sólo Coahuila lo secundó, pues el gobernador tamaulipeco Francisco Vital Hernández no lo aceptó. Vidaurri declaró el 19 de febrero de 1856 la anexión de Coahuila a Nuevo León y, como era de esperarse chocó con el gobierno federal y tras varios enfrentamientos favorables al nuevoleonés, se dieron los Acuerdos de la Cuesta de los Muertos: Vidaurri reconocía al gobierno de Comonfort, y el gobierno federal respetaría la unión de Coahuila a Nuevo León, si el pueblo coahuilense lo aceptaba. Hubo un referéndum con resultados favorables a la unión, (4 mil 56 votos a favor y 260 en contra), por lo que el Congreso Constituyente federal de 1857, reconoció la existencia del Estado de Nuevo León y Coahuila.

Esta nueva entidad tenía como cabacera a Monterrey y de inmediato hubo una mejoría en su hacienda, al disfrutar del producto de los impuestos de las aduanas coahuilenses. En enero de 1863 se celebraron elecciones para gobernador del estado de Nuevo León y Coahuila, y resultó electo Vidaurri, pero el gobierno de Juárez exigió el 20 de enero de 1864 a Vidaurri —invocando su patriotismo—el pago de los aranceles de las aduanas, quien se negó a la entrega de los impuestos federales, pues “traería la ruina al estado”. La reacción federal fue en febrero de 1864 que llegó a Monterrey el general Manuel Doblado, y el día 10 el propio presidente Juárez, pero Vidaurri no fue a recibirlo, enviando al diputado Garza Mireles. Vidaurri resguardado en la Ciudadela se negó a entrevistarse con Juárez hasta que se retiraran las tropas de Doblado. El 12 de febrero de 1864 Juárez y Vidaurri se entrevistaron en no muy buenos términos. Así que, de nuevo en Saltillo, el 24 de febrero de 1864, el presidente Juárez, apoyado en las facultades extraordinarias que le otorgara el Congreso de la Unión, del 30 de mayo decretó la separación de Nuevo León y Coahuila, en dos estados soberanos e independientes, como lo eran antes de la fusión. Vidaurri salió rumbo a San Antonio Texas y regresó sólo para sumarse al gobierno de Maximiliano, mismo que luego de una sangrienta lucha fue derrotado por los mexicanos. Muerto Maximiliano, Vidaurri fue preso y fusilado en la plaza de Santo Domingo de la ciudad de México el 8 de julio de 1867. De este personaje nuevoleonés se ha escrito mucho y falta mucho más. Su liderazgo fue muy grande y sus seguidores aducen que, con su gobierno, nuestro Estado tuvo una grandeza que no ha vuelto a tener, pero sus contrarios olvidan todo lo bueno que hizo, al recordar su traición a la patria por haber apoyado y formado parte del gobierno espúreo del emperador Maximiliano de Habsburgo.  

 

Fuente: Un Imperio Venido a Menos, Leopoldo Espinosa Benavides, Editorial Porrúa 2014