02/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Agosto 22 de 1998: muere de cáncer de pulmón, en Cuernavaca, Morelos, la novelista y guionista Elena Garro. Su nombre completo fue Elena Delfina Garro Navarro, nacida en Puebla en diciembre de 1916, siendo hija del español José Antonio Garro Melendreras y la chihuahuense Esperanza Navarro. Estudió en la UNAM filosofía y letras, pero no terminó la carrera debido a que se enamoró del escritor Octavio Paz, con quien casó en mayo de 1937. Octavio Paz fue un personaje que entró a su vida para no salir jamás, ya sea amándolo u odiándole. Durante un viaje -el primero- de ambos a España empezó a escribir su memorable libro de recuerdos llamado Memorias de España 1937, que tiempo después publicaría. En 1948 nació la hija de ambos, Laura Elena, y cuando la niña tenía tres años de edad, Elena Garro y ella (su hija) se fueron a vivir fuera de México, debido a que Paz era diplomático y su trabajo le exigía vivir en el extranjero, y su matrimonio fue tormentoso por lo que vio su fin en los años cincuenta. Antes, Elena y su hija vivieron un tiempo en Monterrey, sufriendo los calores típicos de nuestra Ciudad y se hospedaron en el hotel Ramada Inn, en San Nicolás de los Garza.

Después, a su regreso, el gobierno de Sócrates Rizzo le hizo el 12 de noviembre de 1991 un homenaje en el Teatro de la Ciudad y fue recibida en la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL. ‘Estoy conmovida, le agradezco a Monterrey antes y ahora porque ha sido parejo en las horas malas y en las horas buenas’. Recordó que de aquí se habían ido a Estados Unidos luego a Francia, Japón y Suiza. Aunque Elena ya tenía experiencias en el área de los guiones cinematográficos, cuando escribió los guiones para las películas “Sólo de noche vienes”, y “Las señoritas Vivanco”, se dio a conocer en esa especialidad de las letras. Vivió en Ciudad de México el grave problema de la matanza de estudiantes en 1968, y una vez tranquilizado el ambiente, se fue a vivir a Nueva York,  no sin antes escribir culpando de la tragedia a la postura de varios intelectuales, y no había regresado a México sino hasta 1964 para recibir el premio Xavier Villaurrutia, por su obra cumbre, la famosa novela Los Recuerdos del Porvenir. Después publicó varios cuentos como La Semana de Colores, Andamos huyendo, Lola, y otros de alto reconocimiento literario. Hoy conmemoramos 25 años de su partida.