29/Mar/2024
Editoriales

Luis Ángel Silva “Melón”

Quizá pocos recuerden al dueto sonero de “ Lobo y Melón” que periódicamente amenizaban tertulias en algunos lugares de Monterrey, sobre todo, los que se realizaban en las diferentes Facultades de la UANL, organizadas por las Sociedades de Alumnos con el fin de allegarse recursos para su fiesta de graduación o para un viaje de fin de cursos.

 Hoy quiero referirme a Luis Ángel Silva “Melón”  (1930-2006 ), que en 1971, al separarse del grupo, continuó por más de 40 años como solista destacándose tanto en México como en Estados Unidos, Cuba y Centroamérica , poniendo muy en alto a nuestro país.

 Nació en la Colonia Santa María la Rivera en la Ciudad de México y se hizo popular con éxitos como “Amalia Batista” ( personaje de una opereta cubana, escrita por Rodrigo Prats),  “Niebla del Riachuelo”, “Cosas del Alma” y “Cachita esta alborotada”. Conquistó  la noche de la Ciudad de México, cantó como vivió, además de ser una persona culta que escribió sobre música en “La Jornada” durante muchos años, siempre difundiendo y enseñando a las nuevas generaciones la trayectoria de  los soneros que le antecedieron con los que alternó, como Benny More, Tony Camargo y Acerina y su Danzonera. También hizo las crónicas de los principales salones de baile de la Capital como el Salón Ángeles, el California y el Salón México, entre muchos,  donde amenizó. Inició  en el Bar H8 ( Humboldt número 8),  donde comenzó su carrera. Continuaría en los principales escenarios de América, como el Paladium de Nueva York , Los Ángeles, Venezuela,  Panamá y muchos más.

 A sus admiradores se les conocía como “Melonmanos” ya que lo seguían donde se presentara y llenaba los lugares más populares de México, donde se mezclaba la gente de barrio,  con la de la alta sociedad así como artistas de moda que querían admirar al nuevo fenómeno del son. Celia Cruz y su esposo Pedro, asistían continuamente a sus presentaciones.

 Vivió siempre en el barrio donde nació, en Santa María la Rivera y frecuentaba los mismos sitios de toda la vida, la misma peluquería. Cantaba una canción que José Alfredo Jiménez, que fue vecino de la misma colonia, le compuso al equipo Asturias.

 En 1994, se le rindió un homenaje en Santiago de Cuba, en 1999, Bellas Artes le abrió sus puertas para festejar sus 50 años de sonero y en 2007, TV UNAM, realizó un documental sobre su vida.

 Su corazón se detuvo un día como hoy, 7 de febrero de hace cinco años, pero no su ritmo ni armonía que aún se siguen escuchando, “ una vida con ton y son”. El más auténtico cantante de sones, rumbas, boleros y huarachas. El asere, monina y yumba.