19/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Abril 19 de 1854: Llega Antonio López de Santa Anna con su ejército a las inmediaciones de Acapulco, al Farallón de las Huertas, al norte del puerto. Desde el 27 de febrero anterior iniciaron sus problemas pues en la Hacienda de La Providencia, Guerrero, se habían reunido Juan Álvarez, Trinidad Gómez, Diego Álvarez, Eligio Romero y Rafael Benavides a redactar un plan al que denominaron Plan de Ayutla que se publicó el 1º de marzo exigiendo su renuncia al cargo de presidente, para conformar un Congreso Constituyente que organizara al país como una República federal, representativa y popular.

Se adhirió de inmediato Ignacio Comonfort reformando el Plan en Acapulco y publicándolo el 11 de marzo de 1854. Santa Anna, viejo lobo de mar, intuyó la importancia del movimiento, así que marchó al sur del país con cinco mil soldados. Antes de llegar a Chilpancingo enfrentó exitosamente a Faustino Villalva, pero sus tropas comenzaron a mermar debido a las enfermedades y a una preocupante deserción. El día 20 de abril se enfrentó Santa Anna con una columna de 900 hombres a la defensa del puerto dirigida por Álvarez, Comonfort, Moreno y Solís, quienes obligaron al ejército nacional a retirarse. El 25 de abril Santa Anna movió su campamento a Lomas del Herrador, y Comonfort envió a Juan Hernández a distraerlo y fatigarlo. Al día siguiente, Santa Anna se retiró sorpresivamente, dejando colgados de los árboles los cuerpos de los capitanes José Miguel Andar y Nicanor Vargas, a quienes fusiló al amanecer.

El día 30 hubo otro enfrentamiento. Ahora en el cerro del Peregrino, con Tomás Moreno y en sólo una hora, Santa Anna continuó retirándose a Chilpancingo, de donde salió hasta el 7 de mayo, pero en el paso de Mezcala fue atacado por Faustino Villanueva, quien le dio una tunda arrebatándole víveres y pertrechos. Santa Anna entró de regreso a Ciudad de México, siendo recibido como a él le gustaba, con manifestaciones entusiastas del pueblo ignorante de lo que pasaba. Para el 24 de mayo, Santa Anna estaba en verdad preocupado pues el Plan de Ayutla crecía por todo el sur, así que ordenó a sus mandos incendiar todo aquel pueblo que se sumara a dicho Plan.

El 11 de junio Comonfort llegó a San Francisco California en el buque Golden Gate para conseguir dinero que requería el movimiento anti santannista. El gobierno comenzó a dar señales de desesperación cuando prohibió a los habitantes de Chilpancingo, Chilapa y toda la región, que comerciaran con los rebeldes, so pena de ser tratados como conspiradores y todo lo que ello representaba. El 5 de septiembre Juan Álvarez y Florencio Villarreal entraron a Ayutla destruyendo fortificaciones del ejército nacional levantadas por Manuel Aljobín. El 24 de noviembre hubo otro topetón de las fuerzas militares de ambos bandos, ahora en Morelia. Epitacio Huerta, Pueblita y Pinzón atacaron y se apoderaron de las garitas de Chicácuaro y la de Santa María, pero llegó el general Talavera con mil 500 soldados por lo que prefirieron abandonarlas. Santa Anna convocó a un referéndum nacional en todas las ciudades y pueblos grandes para que los mexicanos expresaran quién debía ocupar la presidencia de la república, y ello le permitió saber quienes estaban en su contra, ordenando el día 11 de diciembre que encarcelaran a todos los que votaron por Juan Álvarez. Pero el Plan de Ayutla siguió creciendo y más cuando Comonfort llegó con recursos aportados por el español Gregorio Ajuria, que consistía en armamento y dinero fresco.

El 13 de diciembre Moreno, Villarreal, y Álvarez enfrentaron a Zuloaga en la Hacienda de Nusco, quien al verse copado escuchó el mensaje de Ávarez de sumarse a la causa del Plan de Ayutla, y lo aceptó. A partir de ese momento, comenzaron las adhesiones en Guerrero, Guanajuato, Jalisco, México, Michoacán, Nuevo León, Oaxaca, San Luis Potosí, Tamaulipas y Veracruz. Para el 12 de agosto de 1855 el general Santa Anna salió de México rumbo al exilio definitivo. Iniciaba una nueva etapa del maltrecho país que sufrió el gobierno de un caudillo que se sentía iluminado, que había desaparecido los poderes para convertir a México en una dictadura, y que le costó perder a nuestro país más de la mitad de su territorio.