24/Apr/2024
Editoriales

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Enero 17 de 1811: se efectúa cerca de Guadalajara, Jalisco, la trascendental batalla del Puente de Calderón, entre los ejércitos insurgente y realista. El primero, comandado por Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Mariano Abasolo, y Juan Aldama, mientras el ejército realista era dirigido por Félix María Calleja, José de la Cruz, y Manuel de Flon. Esta batalla modificó la historia de la Guerra de Independencia en su primera etapa, pues el derrote de los insurgentes, que venían de triunfar en la batalla del Monte de las Cruces, provocó desconcierto y temor entre sus mismas tropas, integradas por gente sin capacitación militar. En Monte de las Cruces habían triunfado los insurgentes, pero no tomaron la ciudad de México pese a su cercanía, que pudo ser el fin de la guerra favorable a la Independencia. Y en Puente Calderón triunfaron los realistas, quienes pensaron que ya habían terminado con la insurgencia, pues luego siguió la captura de los principales cabecillas independentistas en Coahuila y su fusilamiento en Chihuahua, pero la guerra duró una década más y costó miles de muertos adicionales. La batalla de Puente Calderón se dio en el cuarto mes del pronunciamiento de Hidalgo en Dolores, que inició la lucha por la Independencia, y cuando acababa de dictar leyes muy importantes en Guadalajara, entre las cuales destacaba la abolición de la esclavitud, y venía con un récord de victorias militares sin derrota, esto es, estaba en su mejor momento. Calleja venía de San Luis Potosí, pasando por Guanajuato en donde le arrebató al mismo Allende esa ciudad, regresándosela a los realistas. Así que Hidalgo y Allende decidieron enfrentarlo rapidito y así lo hicieron cerca de Zapotlanejo. Salieron con casi 100 mil hombres: mil 400 soldados de línea, 20 mil rancheros a caballo armados con lanzas, y 70 mil indios a pie, con flechas, hondas y lanzas, algunos con cohetones y con 80 piezas de artillería, por lo que Hidalgo, al salir de Guadalajara, dijo optimista: _“Almorzaré en Puente Calderón, comeré en Querétaro y cenaré en México”. Calleja traía sólo a 6 mil hombres, y diez cañones, pero se trataba de soldados profesionales, entrenados para la guerra. Ese increíble triunfo de Calleja le valió para ser nombrado conde de Calderón, y su carrera política llegó a lo más alto, hasta el virreinato. Las noticias en aquel tiempo tardaban en ser conocidas en otras latitudes, así que pasaron varios días antes de que se supiera en todo el territorio nacional el resultado de esta épica batalla de Calderón.