26/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Enero 24 de 1986: muere en Monterrey a los 73 años de vida el connotado abogado de empresas Ricardo Margáin Zozaya. Nació en Jiménez, Chihuahua el 5 de octubre de 1912, se mudó a Monterrey desde niño estudiando en el Colegio Justo Sierra. Egresó en 1943 de la facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad de Nuevo León, dedicándose a su carrera aplicada a las empresas regiomontanas.

Este vínculo profesional con la iniciativa privada regiomontana le llevó a ser invitado a participar como consejero en varias instituciones representativas del sector empresarial, y de ahí el paso natural fue inscribirse en el Partido Acción Nacional. El crecimiento de las oportunidades de estudio profesional no le fue ajeno, interviniendo en el proceso de consolidación del ITESM, y de fundación de la UDEM y la UR. Llegado el artero crimen del ingeniero Eugenio Garza Sada, Margáin fue el encargado de pronunciar una oración – discurso durante las exequias del más grande capitán de empresas que haya tenido jamás nuestra ciudad. El hecho per se ya era una distinción, pero más lo fue porque el presidente Luis Echeverría Álvarez y el gobernador Pedro Zorrilla estaban presentes.

 

“Existen ocasiones, ciertos momentos en la vida de los pueblos y en la historia de las ciudades en las que los hechos son más elocuentes que las palabras”; “Cuando se ha propiciado desde el poder a base de declaraciones y discursos el ataque reiterado al sector privado, del cual formaba parte destacada el occiso, sin otra finalidad aparente que fomentar la división y el odio entre las clases sociales”.

“Cuando no se desaprovecha ocasión para favorecer y ayudar todo cuanto tenga relación con las ideas marxistas a sabiendas de que el pueblo mexicano repudia este sistema opresor”. “Poner un hasta aquí a quienes mediante agitaciones estériles y actos delictivos y declaraciones oficiales injuriosas amenazan con socavar los cimientos de la Patria es un deber ineludible que amerita atención inmediata. No hacerlo puede sumir a nuestro país en la más profunda de las anarquías, conducirlo por senderos de violencia y acabar con su precaria estabilidad política y económica”. Estas y otras contundentes frases dichas por Margáin Zozaya cimbraron al país.