28/Apr/2024
Editoriales

El león -Carranza- no era como lo pintan

La opinión pública es cruel; muchas veces condena sin motivos reales. Tal es el caso de 

 Don Venustiano Carranza quien para muchos es el símbolo de la corrupción revolucionaria. Su fama de corrupto llegó al nivel de que se inventó el verbo ‘Carrancear’ como sinónimo de robar. 

 Sin embargo, la realidad es que Venustiano Carranza fue un excepcional revolucionario que se caracterizaba por su seriedad, rigidez y severidad, no sólo para los demás, sino también para sí mismo.

 Y esto lo llevó a tal extremo que, como afirma Manuel Aguirre Berlanga: “Rehusó las invitaciones que se le hicieran para entrar en negocios lucrativos, prohibiendo que se le tratase tal género de asuntos mientras fuese funcionario público”.

 Salió del poder con menos capital que el que él poseía antes de ser Gobernador de Coahuila, Primer Jefe de la Revolución y Presidente de la República.

 

 Fuente: Manuel Aguirre Berlanga, “Fisonomía de Carranza como funcionario” mayo de 1935, compilado por Bernardino Brito Mena, “Carranza, sus amigos y enemigos”, México, Ediciones Botas, 1935, p. 573