Espectáculos

El Oscar y el fantasma de la baja audiencia

NUEVA YORK - El domingo se emitirá en la red ABC la primera velada del Oscar de la era del coronavirus, y el temor de los organizadores es que haya un "contagio" con los demás premios de esta temporada, durante la cual los Grammy perdieron el 53% del público y los Globos de Oro el 60% respecto de las ediciones 2020.

El virus del desinterés afecta incluso a los expertos del sector: "Cuando hasta para mí es difícil apasionarme, empieza a ser un problema", dijo al New York Times Jeanine Basinger, fundadora del departamento de estudios sobre cine de la Wesleyan University, y autora de ensayos sobre Hollywood como "The Star Machine". El riesgo está a la vista de los especialistas y sobre todo del equipo de productores encabezados por Steven Soderbergh: precisamente para frenar la hemorragia, el realizador -ganador del Oscar por "Traffic"- habría impuesto en su contrato una cláusula categórica para que la entrega de las estatuillas no sea por Zoom.

Por lo tanto, los premios serán en vivo, aunque distribuidos en varias locaciones: no solo dos en Los Angeles, sino también Londres y otra veintena en conexión vía satélite.

Los participantes, además, no podrán usar mascarilla frente a las cámaras (aunque sí cuando no estén siendo filmados), porque la realización del show, en cuanto a medidas anti Covid, será tratada como un estudio de filmación, con medición de la fiebre al entrar y al menos tres hisopados a los participantes en los días previos a la ceremonia.

Habrá asimismo una versión reducida de la alfombra roja, con tres fotógrafos y un número limitado de periodistas -habrá medios no estadounidenses llegados de Japón, Canadá, Gran Bretaña, Francia, Brasil, España, México y Australia- mantenidos a debida distancia de los entrevistados.

Todo para dar la impresión de un espectáculo que avanza sin trastornos pese a los temores por el Covid. Y gracias asimismo al poder de Hollywood para transformar la realidad.

Sin embargo, los datos de Nielsen conceden pocas ilusiones.

La audiencia de los Oscar ya estaba en caída libre antes de la pandemia: -44% de 2014 al año pasado, cuando 23,6 millones de personas miraron el film surcoreano "Parasite" al ganar el primer premio.

Si esta vez la baja fuera comparable a la del Globo de Oro, sería una catástrofe para la Academia y para ABC, que por la exclusiva de la emisión en directo se comprometió a pagar casi mil millones de dólares hasta 2028.

Anticipando resultados menos que estelares, la emisora puso en venta este año espacios publicitarios a precios de descuento: dos millones de dólares por 30 segundos, el 13% menos que en 2020.

Algunos muy fieles, como Verizon, volverán, pero no Ferrero, cuyos Kinder-Joy -que habían debutado en el Oscar de 2018- esta vez no serán de la partida.