Octubre 23 de 1913: inicia el general constitucionalista Pablo González Garza el ataque a la Ciudad de Monterrey, con 2 mil 500 hombres armados, que traían la moral en alto porque un día antes se habían alzado con la victoria en el combate del Topo Chico. Por el lado de la defensa, las fuerzas militares estaban a cargo del general Alberto Iberri, apoyado por Juventino Díaz, el ingeniero Genaro Dávila, Benjamín Argumedo y el general Miguel Quiroga. Conforme fueron avanzando las horas -la primera detonación se dio a las nueve de la mañana- los atacantes se posicionaban mejor. Jesús Carranza atacó El Obispado, Antonio I. Villarreal llegó a posicionarse en el cruce de las calles Madero y Corona, mientras Fortunato Maycotte e Ildefonso Castro se apostaron en La Alameda, pues iban sobre la Penitenciaría del Estado que allí se encontraba. Al oscurecer los dos bandos se fueron a descansar, aunque el general Miguel Quiroga quedó herido y murió el día 24. Sin embargo, al día siguiente, las tropas de Alberto Iberri, recibieron refuerzos de Saltillo encabezados por el general Ricardo Peña y con el apoyo de Enrique Pérez y Genaro B. Trías. Pronto la batalla dio un giro y el general Pablo González Garza hubo de retirarse sin conseguir -en esa ocasión- tomar la codiciada Ciudad de Monterrey.