Espectáculos

Carmel by the Sea, el pueblo que conquistó a Clint Eastwood

Un lugar mágico, con casitas sacadas de un cuento de hadas en la costa californiana

Carmel - Carmel by the Sea, no es el tí­tulo de una pelí­cula o una serie de televisión, es el nombre de un pequeño poblado que se encuentra a 180 kilómetros de San Francisco y que tiene una peculiar caracterí­stica.

Es un pueblo mágico, donde el tiempo se detiene y sus habitantes viven felices en casas que parecen sacadas de un cuento de hadas, por algo ha seducido a grandes personalidades del espectáculo, principalmente al actor Clint Eastwood.

Las cerca de 4 mil personas que habitan en Carmel, son gente bohemia, pintores, intelectuales y gente retirada de la vida laboral que disfruta, al igual de los miles de turistas que reciben a lo largo de todo el año, de un lugar donde se respira paz, tranquilidad, sin prisas, tráfico o manifestaciones.

La magia empieza, desde antes de llegar a Carmel, debido a que se encuentra muy cerca del freeway 1, considerado una de las autopistas más bellas de Estados Unidos, por pasar por las costas de California, lo cual ofrece increí­bles paisajes, desde San Francisco hasta Los íngeles.

Cerca de Monterey, se encuentra Carmel y también ahí­ destacan increí­bles paisajes, con sus bosques de secuoyas, sus acantilados y las enormes rocas con interesantes formaciones rocosas, que son un festí­n para los amantes de la fotografí­a y los aventureros.

Lo primero que llama la atención al llegar a Carmel, son las casas, con tejados de madera, unas tipo los Alpes suizos, otras sacadas de algún cuento de hadas, pero la gran mayorí­a se distingue por los colores de las plantas que adornan sus fachadas y sus jardines.

Todo esto que tiene esta mágica población, seguramente fue lo que conquistó, enamoró y se convirtió en el hogar del actor Clint Eastwood, quien conoció este lugar por los años 40 y a partir de entonces decidió que serí­a su mundo.

La vida bohemia de este sitio conquistó al actor que entre los pobladores se cuentan muchas anécdotas que el histrión ha pasado en el pueblo y ya forman parte de la historia del lugar, como que ahí­ conoció a Dina Ruiz, una presentadora de televisión que se afirma, le robó el corazón.

Lo más importante es que Eastwood se convirtió en su alcalde republicano durante 1986 y 1988.

De acuerdo con los registros, el también afamado director de cine logró el cargo con más de 70 por ciento de los votos y se dice que no cobró más de 200 dólares mensuales durante todo su mandato.

Al llegar a la calle principal de la ciudad, Ocean Avenue, el visitante desea estacionar su auto o bajar del autobús, para caminar a lo largo y ancho de esta avenida, de escasos tres kilómetros, ya que al recorrerla, uno se encontrará de inmediato con sus "simpáticas" tiendas que ofrecen quesos, vinos, pan, sándwiches, pasteles y una inmensa variedad de cafés y tés, donde uno se puede sentar y dejar pasar el tiempo sin ninguna preocupación

Además, hay tiendas de recuerdos, lámparas, flores, hasta de artí­culos navideños; sin embargo, lo que más abunda son las diversas galerí­as de arte y que hasta la fecha se calcula existen cerca de 150.

Carmel también se distingue porque tiene sus propias "reglas", curiosas, otras interesantes y algunas increí­bles, como por ejemplo: Está prohibido caminar con tacones altos, para evitar maltratar las aceras.

Entre otras normas, a las cuales los casi cuatro mil habitantes se han habituado, es que para los locales están prohibidas las luces neón, los buzones de correo no existen, si un habitante recibe una carta, tiene que ir a la oficina de correos a recogerla.

También las mascotas tienen su importancia y en Carmel existen tiendas especializadas en darles atención, spas, hoteles, y hasta una fuente de sodas para ellas hay.

Al final de la avenida principal, el visitante se sigue sorprendiendo porque esta desemboca en el mar, una linda playa de arena blanca, rodeada de majestuosos árboles invitan a recorrerla, y aunque muchos valientes deciden a nadar, por lo frí­o del agua, otros simplemente se tienden sobre la arena, escuchando cómo revientan las olas o viendo cómo no muy a lo lejos, algunos delfines se divierten en el agua.

Y aunque Carmel ha vivido en calma a lo largo de muchas décadas, su popularidad ha ido en aumento y las agencias de bienes raí­ces cada vez son más y hasta hay quien ha dicho, no tardan en competir en número con las galerí­as de arte.

Al igual que Clint Eastwood, personalidades como Charlie Chaplin, Rupert Murdoch, Jack London, James Ellroy, Kim Novak, Kevin Costner o Brad Pitt, han pasado por aquí­ y muchos ya hasta tienen sus "casitas" de descanso.

Este es en sí­ Carmel, un pequeño poblado, con una historia gigante y una magia que sólo quien la visita la puede experimentar.