Tocar el piano siempre ha sido un signo de cultura y buen gusto. Ver y escuchar a pianistas virtuosos como es el caso del joven coahuilense Alejandro Vela, es un deleite. El Piano es un precioso instrumento musical cuyo nombre en idioma italiano, significa “dulce” o “suave”. Cuando se usa refiriéndose al instrumento musical, es en realidad apócope de la original denominación Pianoforte, “suave – fuerte” , que genera notas musicales debido a unas cuerdas interiores que son golpeadas por macillos, que le dan una gran capacidad de crear matices sonoros opuestos. Para definir su origen, es necesario imaginar que se trata de una evolución de la cítara, el monocordio, el dulcémele, el clavicordio, y el clavecín. El piano es un instrumento indispensable para algunos géneros musicales, como el jazz y la música clásica europea, así como en casi toda la música romántica. Su autor se llamó Bartolomeo Cristofori, nacido en Padua, República de Venecia en 1655. Alrededor de 1711 terminó su invento, aunque casi simultáneamente el francés J. Marius en 1716 y el alemán C. G. Schoroeter en 1717 inventaron instrumentos musicales muy parecidos. Cristofori construyó casi veinte “gravicembalo col piano e forte” pues trabajaba de cimbalista para el príncipe Fernando de Médici, y lo hizo tan discretamente que ni siquiera él lo conocía. Sin embargo, en 1711 un sujeto llamado Francesco Scipione escribió un artículo al respecto de este instrumento musical, que provocó la fabricación masiva de pianos porque el texto tuvo mucha difusión en Europa. Suele suceder que cuando una idea anda en el aire, varios pueden aterrizarla al mismo tiempo, así que también a Gottfried Silbermann, un fabricante de órganos en Freiberg, resultó que tenía también un modelo muy parecido al que fabricaba Cristofori, pero él le agregó algo muy importante, que es el moderno pedal de resonancia. De nuevo el mérito corresponde a un italiano, quien nunca desesperó hasta perfeccionar su invento y lo mantuvo en secreto hasta que ya estaba listo. Como anillo al dedo le cae a Cristofori el dicho: Pian, pian, si va lontano, que significa “poco a poco se llega lejos”.
