Se apagó la vida del filósofo, historiador y filólogo Miguel León-Portilla, hombre que centró su vasta obra en las tradiciones y creencias de los pueblos prehispánicos. Nació el 22 de febrero de 1926, en la Colonia Santa María la Rivera, estudió en la Universidad de Loyola en Los Ángeles California, obteniendo un grado en Artes en 1951. Posteriormente, en 1956 recibió el Doctorado en Filosofía por la UNAM.

Fue un erudito estudioso del soberano y Poeta Nezahualcóyotl, (Poesía y pensamiento 1972) , también es importante mencionar su investigación sobre Fray Bernardino de Sahagún como fuente inicial de la Cultura Azteca. Llamado también el “tlamatini” , que en náhuatl significa “el que sabe cosas, hombre sabio y erudito”.

Con motivo del Quinto Centenario del descubrimiento de América, acuñó la expresión “ encuentro de dos mundos” aceptada por la UNESCO. Se levantó la polémica: “Unos me acusaban de querer ocultar un genocidio, y otros de privar a España de la gloria de la conquista. Encuentro quiere decir choque y acercamiento y creo que eso fue lo que ocurrió. Mas allá de filias y fobias, este encuentro nos reconcilia con lo que somos”.

Recordaba siempre a quién fue su mentor, el sacerdote, filólogo e historiador Ángel María Garibay a quien conoció en los años cincuenta del siglo pasado y lo asesoró en su tesis Doctoral “La filosofía Náhuatl estudiada en sus fuentes”.

Gracias a León-Portilla, en dos Universidades de Estados Unidos, se estudia el náhuatl.

Miembro de Número del Colegio Nacional desde el 23 de marzo de 1971, su conferencia inaugural “La historia y los historiadores en el México antiguo” fue contestada por el Licenciado Agustín Yáñez.

Desde 1962, fue miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua (silla VII ocupante 9º). Entre numerosos puestos que ocupó sólo por mencionar algunos: fue miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM de 1976 a 1986, fue Investigador Emérito de la misma UNAM, Medalla Belisario Domínguez del Senado de la República (1995). Fue Embajador de México en la UNESCO (1987-1992). Durante su gestión, obtuvo el ingreso de la lista de Patrimonio de la Humanidad de: Teotihuacán, Monte Albán, Palenque y Chichén Itzá. La Librería del Congreso de los Estados Unidos le otorgó el “Premio Leyenda Viva”.

De sus numerosos libros y trabajos, nos quedamos con “Visión de los vencidos”,  que es ya un libro clásico e indispensable, porque dio voz a los conquistados, ya que recopila testimonios indígenas después de la caída de Tenochtitlan, lectura obligada no sólo para historiadores , sino para quien quiera estudiar las raíces de nuestra cultura, sin dejar de mencionar “Los antiguos mexicanos”, “ El destino de la palabra” y “Hernán Cortés y la mar del sur”.

Del amor por su tierra, la anécdota contada por su nieto a una pregunta “”¿Quién es tu estrella?” Esperando le dijera , eres tú o su mujer,  la respuesta fue “mi estrella es México, porque es la tierra que me vio nacer, y me verá morir y es la tierra que amaré toda mi vida“.

 Su más reciente Premio; la Medalla Nezahualcóyotl le fue otorgada por la Secretaria de Educación Pública en reconocimiento a sus aportaciones al quehacer histográfico y la cultura de los pueblos originarios del País.

 En suma, León-Portilla fue un defensor incansable de los derechos indígenas, promotor de la cultura náhuatl y un enamorado de lo que fue y es México. Una personalidad brillante que necesitamos estudiar y conocer.