24/Apr/2024
Editoriales

Se sospecha a dónde va y se le teme al derrotero

En este año de nuevo gobierno han sucedido cosas positivas y negativas. Entre las primeras está el combate a la corrupción que debe erradicar ese cáncer nacional, y esperamos resultados. Entre las segundas hay un impresionante rosario de yerros que han costado una fortuna al país.

Era de esperarse un gobierno errático por la falta de cohesión ideológica entre las distintas tribus que gobiernan. Sin embargo, la anunciada embestida contra las instituciones nacionales incluyó la desaparición del Seguro Popular para ser sustituido por el Instituto de Salud para el Bienestar. El anterior no era perfecto, pero daba servicio a los segmentos de la población descobijados de los otros sistemas de salud. Y lo sucedido hasta ahora no tiene nombre, pues los enfermos no pueden darse el lujo de esperar hasta que se organice la nueva institución. Las quejas por el desabasto de medicamentos son muchas más que antes, y la socarrona respuesta oficial es que esperen, que en breve habrá medicinas para todos los enfermos. Se está contabilizando el número de fallecimientos en el país debido a este problema.

Esto es grave, como también lo es que se combata a quien proteste. Se le da trato de enemigo; se le cuestiona por qué no se quejaba antes, y se le descalifica llamándole conservador.  

Vamos por un mal sendero que puede llevarnos a la inestabilidad social y se debe corregir inmediatamente.

Ya lo decía el gran Séneca: “En el viaje de la vida, el camino más trillado es el que más engaña. En ninguna cosa se ha de poner mayor cuidado que en no ir siguiendo, a modo de ovejas, las huellas de quienes van delante, sin atender a dónde va, sino por dónde se va”.