20/Apr/2024
Editoriales

Privatización de la Educación.- II

En mi artí­culo de ayer expuse cómo hasta la segunda mitad del siglo XIX ningún gobierno del mundo, excepto el de Prusia, se involucraba en la impartición de la educación pública y que, no obstante eso, las poblaciones de los paí­ses que se iban industrializando, también se iban dando a sí­ mismas la educación que cada individuo sentí­a que requerí­a.

También vimos que siglo y medio de experiencia ha demostrado, sin lugar a dudas, que todos y cualquiera de los gobiernos son incapaces de impartir una educación que no sea rí­gida, burocrática y adoctrinadora. La razón de ello es que nunca consideran que sus alumnos, o los padres de los mismos, sean sus clientes, sino que los tratan como sus "encomendados", de quienes ellos creen "saber muy bien" exactamente qué es lo que hay que enseñarles y cómo adoctrinarlos para que sean "buenos ciudadanos".

Así­ que aquí­ en México, como en todos los paí­ses del mundo, habrá que desmantelar la administración gubernamental de la educación pública y sustituirla por un sector oferente de esos servicios, que vaya siendo seleccionado por los propios usuarios. Así­ que aquí­ habrí­a que desmantelar un inmenso y costosí­simo aparato, con millones de maestros y de burócratas, más de la mitad de los cuales son "comelonches", "fantasmas" que cobran o, lo que es peor, "mangoneadores". Esto representa, junto con el de PEMEX, uno de los desmantelamientos principales que habrí­a que hacer para darle fin a la estructura "clientelar" que tiene nuestro sistema socio-polí­tico.

Claro que será muy difí­cil hacerlo, pero cuando menos hay que señalar a grandes rasgos el camino a seguir: 1°.- Desmantelar toda la administración federal de la educación y transferirla a los Estados para romper el monopolio sindical; 2°.- Aprovechar esa transferencia para dejar de pagar a todo aquel que no ejerza un puesto de maestro útil y necesario; 3°.- Propiciar que cada escuela se privatice, en el sentido en que sus gastos dejen de ser pagados por el Estado y, en cambio, lo sean por los padres o por los propios alumnos, en la nueva escuela en les convenga; 4°.- La función del Estado consistirá en vigilar que este enorme proceso se lleve a cabo correctamente, en propiciar que todas las escuelas adopten métodos pedagógicos del tipo Montessori y en ayudar a pagar las colegiaturas a aquellos que lo requieran, tal como se está llevando a cabo en la República de Chile, que deberá ser nuestro faro maestro.

Afortunadamente la tecnologí­a moderna ha llegado a una etapa tal que ya puede ayudar a hacer todo este proceso más factible, usando adelantos disponibles como los siguientes: Enviar por computadora a los maestros los "silabarios" sobre cada materia que necesiten y al nivel que ellos o sus propios alumnos requieran; Habrá que propiciar que los alumnos mayores y más adelantados ayuden a los menores y novatos, tanto a seleccionar la información requerida en sí­, como la manera de acceder a ella. Por computadora se puede acceder también a multitud de conferencias especializadas, piezas de música, solución de problemas difí­ciles, de manera que la educación del futuro tendrá poco parecido con la actual, aun la de las mejores universidades: Poco a poco se irá convirtiendo en "grupos auto-organizados para la educación".

Todo este proceso tomará mucho tiempo y esfuerzo, pero es esencial que tengamos una clara visión de las metas, es decir del nuevo mundo de la educación que podemos vislumbrar en el futuro.

Atte.- JVG.- 19-10-16