27/Apr/2024
Editoriales

Los Fake News

El sábado 30 de enero amanecí, como en otras ocasiones, de un ingenuo subido. Me chamaquearon al afirmar en un mensaje de Whatsapp que un comando armado había atacado en Mérida al periodista Rafael Loret de Mola, y que estaba gravemente herido.

Como tengo el gusto de conocerlo; no puedo llamarme su amigo, pero me hizo el favor de venir a presentarme el libro ‘Palabrario’ en el año 2002, y hemos convivido algunas veces, me impactó la noticia que venía con la firma del Diario de Yucatán, uno de los periódicos más respetables del país.

Y sin esperar a comprobar la veracidad, de inmediato lo retransmití a un par de amigos quienes hicieron lo mismo, pensando que yo lo había verificado.

No pasó una hora cuando se supo que era uno de los llamados ‘Fake’ que cada vez me convenzo más que responden a un plan perverso, pues ni modo que lo hagan para engañar permanentemente, ya que esas versiones amarillistas pronto se caen.  

Para inventar y tomarse la molestia de editar una nota falsa, no se necesita más que perder la vergüenza, y buscar el desprestigio del medio de comunicación, sea red social o periódico. 

Se busca desacreditar la incontrolable fuerza de los medios modernos de comunicación que han demostrado su influencia en movimientos populares como en Egipto que tumbaron al dictador Mubarak durante la Primavera árabe de 2011.  

Cuántas veces han ‘matado’ a Chabelo, y cuántas a José José antes de morir, buscando que la gente no le haga caso a las anónimas redes sociales.

En nuestra Ciudad hubo, en la década de los años sesenta, un famoso balneario al que le inventaron que por las noches iba a nadar en su alberca una mujer leprosa. 

El resultado fue que el negocio terminó cerrando sus puertas pues nadie quería comprobar si era cierto, por temor al contagio.

Sin embargo, parte del problema es que en el fondo nos encanta el chisme, porque no cuesta nada esperar a que pasen algunas horas y la verdad siempre saldrá a flote.

Bien dice el dicho que el que callar no puede, hablar no debe.