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Cannes: sangriento western resiste al Brasil de Bolsonaro

CANNES — Kleber Mendonça Filho presentó en Cannes “Bacurau”, un western febril y violento sobre una comunidad rural brasileña que se defiende de una invasión difícil de comprender, y que para sus realizadores no dista mucho del Brasil de Jair Bolsonaro.

La cinta, que compite por la Palma de Oro, le dio al Festival de Cine de Cannes la declaración política más mordaz hasta el momento esta edición. Aunque es una parábola brasileña sangrienta y surrealista con tintes de “The Most Dangerous Game” (“El malvado Zaroff”) y “Seven Samurai” (“Los siete samuráis”), sus realizadores hablaron el jueves en términos políticos directos.

“Brasil en este momento se siente como una distopía en muchos aspectos de la vida cotidiana”, dijo Mendonça Filho a la prensa.

Hace tres años, durante el estreno de su película “Aquarius” en Cannes, el director y su elenco memorablemente sostuvieron pancartas que declaraban que en Brasil había un golpe de estado. Apenas unas semanas antes, la expresidenta de izquierda Dilma Rousseff había sido impugnada. El pasado octubre Bolsonaro, un líder populista de derecha a veces comparado con el presidente estadounidense Donald Trump, fue elegido, dando paso a un nuevo episodio tenso para Brasil.

Esta vez, Mendonça Filho, el codirector Julian Dornelles y su elenco no protestaron en la alfombra roja. “Bacurau”, dijeron, hablaba por ellos.

“Usamos las películas como nuestras armas”, dijo el actor Thomas Aquino. “Esta es nuestra respuesta. Así es como protestamos”.

Mientras “Bacurau” se estrenaba el miércoles por la noche en Cannes, decenas de miles de estudiantes y maestros protestaban en las calles de Brasil por los grandes recortes a la educación que Bolsonaro ha anunciado. Los cineastas expresaron solidaridad con los manifestantes.

“Es muy importante no volverse loco”, dijo Mendonça Filho el jueves. “Es como ‘sí, quizás recortemos el 30% de la educación, quizás eso sea bueno’”.

“Nunca debemos perder de vista aquello en lo que creemos”, agregó. “Creo que eso es la resistencia bajo un extraño sistema en el que uno no cree”.

Bolsonaro ha dicho que cree que los grupos indígenas en Brasil tienen demasiada tierra bajo su control. Está a favor de hacer partes del Amazonas más accesibles para mineros y leñadores.

El mandatario también criticó las artes para el “marxismo cultural” y disolvió el ministerio de Cultura del país. Los fondos para la industria más grande del cine y la televisión de Latinoamérica se han reducido considerablemente.

Pero Brasil tiene una presencia significativa este año en el Festival de Cine de Cannes, con cintas que incluyen “Invisible Life” de Karim Ainouz en la sección Un Certain Regard y “Bacurau” como la más prominente.

“Es sencillamente increíble que esta película esté viendo la luz del día en un momento en el que de hecho están tratando de esconder la producción cultural brasileña”, dijo Mendonça Filho.

Durante la producción de “Bacurau”, el gobierno brasileño declaró que Mendonça Filho tenía que devolver unos 500.000 dólares de una concesión que recibió para su ópera prima, “Sonidos vecinos” de 2012. El realizador dijo que la demanda era “sin precedentes en la historia del cine brasileño”.

“Cuando ‘Bacurau’ fue anunciada en Cannes este mes, salieron con otro paquete de prensa sobre esto, lo cual no es una coincidencia”, dijo. “Estamos lidiando con esto con abogados y esperamos anularlo. No tiene sentido en absoluto”.

Mientras “Bacurau” estuvo en desarrollo la última década, Mendonça Filho dijo que los extremos de “Bacurau” fueron avivados por la elección de Bolsonaro.

“Fue casi como si la realidad alcanzara el guion”, dijo el cineasta. “Cuando eso ocurrió, llegamos a 11, superamos todos los límites.”