04/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Marzo 23 de 1994: asesinan en Tijuana, Baja California, a Luis Donaldo Colosio Murrieta, candidato del PRI a la presidencia de la República. Nació en Magdalena de Kino, Sonora, el 10 de febrero de 1950, estudió la licenciatura en economía en nuestra Ciudad, en el ITESM, titulándose en 1972. Su primera posición política fue la candidatura a una Diputación federal que en 1985 le sirvió de plataforma para mostrar su capacidad y liderazgo, alzándose con la victoria en su natal Sonora, pues en San Lázaro presidió la Comisión de Presupuesto. Al término de su importante encargo, fue candidato y Senador de la República en 1988. En esos tres años su carrera política dio un gran salto, porque se desempeñó como Oficial Mayor del PRI, y Coordinador de giras del candidato a la Presidencia de la República y, en 1988, alcanzó la Presidencia Nacional de ese partido político. 

Durante su ejercicio como dirigente partidista, en 1989, su partido –por primera vez- reconoció haber perdido un Estado de la República, pues el PAN se alzó con la victoria en Baja California, iniciándose con ello una nueva etapa democrática en el país para pasar de un sistema político de partido único, a un sistema político de partidos. En 1992 fue nombrado Secretario de Desarrollo social en el Gabinete del presidente Carlos Salinas de Gortari, y a partir de ese momento se convirtió en La Figura Política emergente, porque atendía personalmente todos los programas sociales a lo largo y ancho del país, mostrando una pasmosa sensibilidad política. 

Al llegarse los tiempos, su capacidad, trabajo incesante y carisma lo catapultaron para imponerse a los demás aspirantes a la Candidatura Presidencial: Alfredo del Mazo, Manuel Camacho Solís, Sergio García Ramírez, y Pedro Aspe Armella. 

Luego de un ejercicio al que se le llamó ‘Pasarela’, en noviembre 28 de 1993, fue elegido Candidato priísta a la Presidencia de la República, no sin algunos regateos de de su ex jefe en la burocracia federal y también aspirante, Manuel Camacho Solís. 

Colosio desarrolló una campaña ardua recorriendo todo el territorio nacional, con un discurso esperanzador para las clases populares, alcanzando el liderazgo en las encuestas de opinión contra los candidatos de los otros partidos políticos. 

Sin embargo, el 23 de marzo de 1994, Luis Donaldo Colosio en un mitin de campaña en la colonia Lomas Taurinas de la ciudad de Tijuana, luego de arengar a los asistentes, caminando entre ellos -como acostumbraba hacerlo para convivir con el electorado- fue víctima de un cobarde atentado a balazos que terminó con su vida. El autor material confeso se llama Mario Aburto Martínez, quien es finalmente considerado como asesino solitario, es decir, que no formaba parte de algún complot, aunque corrió cualquier cantidad de rumores, que señalaban sin pruebas que la autoría intelectual de hallaba entre los grupos de narcos, entre los funcionarios del gobierno local que era de oposición, entre sus competidores al interior de su propio partido, ya hasta que había sido el propio presidente Salinas, para cambiar de candidato. No se había presentado en México un magnicidio desde que el candidato triunfante Álvaro Obregón fue ejecutado en el año de 1928, sesenta y seis años antes.

Quien sustituyó a Luis Donaldo Colosio como candidato fue Ernesto Zedillo quien, gracias a la campaña e imagen de Colosio pudo ganar la elección. Seis años después, Zedillo entregó con una sonrisa en los labios la banda presidencial a Vicente Fox, candidato triunfante del PAN en el año 2000. Han transcurrido 29 años desde el sacrificio de Luis Donaldo Colosio, y el pueblo sigue dolido por ese acto de crueldad, y ahora su hijo -que lleva el mismo nombre-, gobierna Monterrey, prestigiándose para merecer oportunidades políticas mayores.