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Expertos esperan todavía varios huracanes en el Atlántico que pudieran traer agua a NL

REDACCION- Mario Domínguez.- Áreas no consideradas vulnerables a fenómenos meteorológicos, ahora lo son

La actual temporada de huracanes en el Atlántico Norte se definió en el año 1965, estableciéndose entre los meses de junio y noviembre.

Las primeras tormentas de la temporada de huracanes en el Atlántico Norte han estado adelantándose alrededor de 5 días por década desde el año 1979.

- Aunque esta temporada ha sido menos activa hasta ahora en comparación con las dos últimas, tanto la NOAA (Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de EE.UU.) como la CSU (Universidad Estatal de Colorado) esperan que este año se convierta en la séptima temporada consecutivgmaia de huracanes por encima de lo normal.

Las últimas proyecciones de la NOAA prevén un 60% de posibilidades de una temporada superior a la normal. Sus pronósticos esperan entre 14 y 20 tormentas con nombre (vientos de 63 km/h o más), lo que supone un ligero descenso respecto a la previsión inicial de 14 a 21 publicada en mayo. Esta previsión incluye las tres tormentas con nombre que ya se han formado esta temporada: Alex, Bonnie y Colin.

Otras zonas de país como el Pacífico Mexicano están experimentando algunos importantes ejemplos con formaciones ciclónicas como Howard e Ivette son Baja California (Los Cabos), Oaxaca, Vallarta y Mazatlán.

La actualización del equipo del Proyecto de Meteorología Tropical de la CSU prevé 18 tormentas con nombre para esta temporada, una menos que su previsión original de abril, pero cuatro más que el promedio anual.

Este hecho de "sequía" de tormentas tropicales en julio e inicios de agosto se ha dado en otras ocasiones y no implica necesariamente una estación poco activa de huracanes cuando termine oficialmente el 30 de noviembre. Según los expertos, hay que estar atentos a lo que nos depare este 2022. Así por ejemplo, 2019, 1999, y 1998 fueron años que empezaron muy tranquilos y finalizaron con mucha actividad de tormentas tropicales y huracanes.

“No hay que bajar la guardia, la prevención es nuestro mejor aliado para poder reducir cualquier tipo de daño, tanto físico, material o económico cuando nos enfrentamos a fenómenos meteorológicos. Los huracanes no deben ni tienen que tomarse a la ligera. Es importante que siempre estemos atentos y prevenidos para poder reducir el impacto negativo en nuestra región”, señala Fernando Loría, Director de Hurricane Solution.

Cabe señalar que no cualquier tipo de solución para prevenir daños de huracanes funciona de manera correcta o es ideal para en realidad disminuir costos y daños, Fernando Loría como Ing. Civil y habitante por más de 40 años de la Riviera Maya y que ha experimentado de primera mano los estragos de los huracanes categoría 5 como Gilberto, Wilma, Dean y sus consecuencias, se ha convertido en experto en temas de consultoría, asesoría en la reducción de daños materiales provocados por huracanes, lo tiene claro: “Si bien el tener la noción y estar alerta es importante, debemos de conocer los materiales con los cuales vamos a sellar y proteger ciertas estructuras e inmuebles. Es importante buscar en los productos que usemos certificaciones como la IHPA (International Hurricane Protection Association)”.

Por ejemplo, La IHPA se esfuerza por ser el líder de la industria en todos los temas que afectan a la industria de la protección contra huracanes, unificando a los proveedores, fabricantes, contratistas, ingenieros, arquitectos, redactores de códigos y funcionarios gubernamentales. De esta manera tenemos certidumbre de que nuestro patrimonio está y será resguardado con el mejor material disponible en el mercado. 

Es por esto que aunado a lo mencionado anteriormente, cada año, La Red de Desastres Asociados a Fenómenos Hidrometeorológicos y Climáticos (REDESClim) red temática CONACYT de investigación que se formó en 2011, busca conjuntar la colaboración de investigadores, tecnólogos, empresarios, tomadores de decisiones  y la sociedad en general, para impulsar soluciones al problema de los desastres en México. Todo esto con la intención de reducir de manera significativa los desastres asociados a eventos hidrometeorológicos y climáticos que generan importantes pérdidas económicas, ambientales y sociales, lo cual limita las oportunidades de desarrollo local, estatal y nacional.