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Congelan bienes de mafia rumana en México

CIUDAD DE MEXICO- El gobierno mexicano asestó un fuerte golpe contra la mafia rumana en México, que ha hallado en los cotizados centros veraniegos del Caribe, en el sureste del país, su propio paraíso, mediante el negocio de la clonación de tarjetas de crédito y el lavado de dinero.

La Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) del ministerio de Hacienda anunció la congelación de las cuentas de 79 delincuentes rumanos que operan sobre todo en ciudades turísticas como Isla Mujeres, la Riviera Maya y Cancún, cerca de la frontera con Belice.

La medida sigue a la retención de más de 100 rumanos en el aeropuerto de Cancún, que generó tensiones entre autoridades de Bucarest y México, la mayoría de los cuales fueron liberados.

La UIF, actuando en coordinación con el Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos, asestó sobre todo un duro golpe a bloque a Florian Tudor "El Tiburón", líder de la "Banda de la Riviera Maya", como se le conoce a este sindicato criminal.

Se calcula que mediante la clonación electrónica de tarjetas bancarias de turistas usadas en dispensadores de dinero en las ciudades de Quintana Roo, sobre todo estadounidenses, ha logrado acumular una fortuna de más de 240 millones de dólares, que tiene depositados en diversos paraísos fiscales a nivel global.

La UIF anunció que presentará las denuncias correspondientes ante la Fiscalía General de la República por el delito de lavado de dinero en contra de Florian Tudor, sus principales socios y operadores financieros que ayudaron en esta red criminal.

Santiago Nieto, titular de la UIF, informó a través de Twitter del congelamiento de estas cuentas, "por acuerdo de todas las instancias de seguridad del gobierno federal".

El bloqueo de los depósitos afecta también a cómplices mexicanos de la banda, compañías que les sirven de fachada, socios y operadores financieros.

La acción para rastrear las cuentas de la mafia rumana, entre autoridades mexicanas y estadounidenses, se denominó "Operación Caribe".

"La organización criminal opera mediante la alteración de cajeros automáticos instalados en hoteles turísticos a los que les instalan dispositivos que sustraen datos de las tarjetas bancarias y el número de identificación personal (NIP)", explicó.

El diario digital estadounidense The Daily Mail publicó el año pasado una investigación sobre la mafia rumana en la Riviera Maya y estafó a numerosos turistas locales y extranjeros.

Según el analista mexicano Héctor de Mauleón, cuando se develó este escándalo, Florian Tudor intercambió mensajes con uno de sus lugartenientes, Constantin Sorinel, señalando que "nos destruyeron" y convinieron en "matar" a los delatores.

"Tudor y Marcu rompieron poco después por desacuerdos en el reparto de ganancias. Este último, fugitivo de la justicia rumana, saboteó varios de los cajeros automáticos" instalados en ciudades de Quintana Roo, y poco después fue asesinado en Cancún.

De Mauleón calculó que el robo de la información de las tarjetas bancarias de turistas de todo el mundo arrojaba ganancias por dos millones de dólares mensuales.

Los mensajes están en poder de fiscales rumanos que cuentan con información de un testigo protegido y le siguen los pasos a Tudor y sus secuaces.

Periodistas de organizaciones como Rise Project, Quinto Elemento Lab y Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, realizaron un reportaje muy amplio después de revisar unas 15.000 páginas de documentos oficiales en cuatro continentes y numerosas entrevistas y trabajo en campo.

Tudor es el principal accionista de una compañía que instala y administra, en la zona de Cancún, cajeros automáticos y que se llama Instacash(o Top Life Servicios, registrada por Adrian Tiugan, socio de Tudor y condenado en Italia a dos años y medio de prisión.

A través de esta empresa pantalla, los rumanos firmaron un contrato con el banco mexicano Multiva, a fin de colocar dispensadores de dinero de fabricación en lugares en los que carecía de presencia con los que robaron información vía "bluetooth" entre 2014 y 2019.

El dinero era retirado en pequeñas cantidades en diversas partes del mundo, por lo que a las autoridades les resultó difícil vincularlo con algún cajero mexicano.