En el mundo de los negocios, y en otras actividades humanas, el nombre o la marca significa mucho. La sobrevivencia de los fabricantes depende de los prestigios de su marca y de sus productos, pues cuando sobreviene el desprestigio se caen las ventas, que es la parte más sensible ante el desdoro de una marca.
Para prestigiar una marca debe pasar un tiempo mínimo de pruebas exitosas, aunque excepcionalmente los ensayos son suficientes, cuando se trata de productos precedidos de una necesidad imperiosa.
Veamos algunos ejemplos del origen y establecimiento de una marca comercial.
El nombre y origen de la Coca Cola es conocido. Fue en la ciudad de Atlanta en 1886 donde John Styth Perberton obtuvo una bebida no alcohólica preparada con hojas de coca, un extracto de nuez de cola y azúcar. Su nombre es una mezcla de sus componentes, y la novedad, aunada a su agradable sabor y características energizantes, permitió que la marca se estableciera en un lugar privilegiado en las preferencias del público.
Después -en 1893- nació otra bebida en Carolina del Norte, en donde el farmacéutico Caleb Braham, establecido en New Bern, mezcló también nuez de cola pero le agregó pepsina, vainilla, azúcar y algunos aceites esenciales y especias, dando por resultado una bebida que se popularizó, hasta que en 1902 estableció la marca de Pepsi Cola para convertirse en una alternativa de la Coca Cola.
La marca Danone nació en 1919 cuando su creador Isaac Carasso fabricó en Barcelona el primer yogur industrial comercializado en Europa Occidental. Este nombre de Danone, fue en honor al de su hijo Daniel, aunque luego apareció otra versión más sofisticada de que Danone sí proviene de Daniel, pero que le había adicionado el ‘one’ inglés.
En 1924 apareció en el mercado norteamericano una línea de productos con la marca Kleenex, que pronto se posicionó en los anaqueles comerciales. Kleenex viene de la palabra inglesa “clean” -limpio-, y el fabricante Kimberly Clark decidió agregarle al principio la inicial K para identificarlo con otro de sus productos populares, llamado Kotex, toallas femeninas. El nombre de la marca Motorola viene desde 1928, que el norteamericano Paul Galvin fundó la Galvin Manufacturing Company, una fábrica de radios para automóviles, adaptando las radios de la época, conocidas como vitrolas. Galvin llamó a su radio Motorola, fusionando las palabras “motor” y “vitrola”, y en los años sesenta alcanzó fama mundial la marca Motorola con la línea de teléfonos celulares.
Google es un buscador de internet concebido por dos estudiantes de Stanford en 1995. Su nombre es ya una marca muy conocida en el mundo y se llama así porque el matemático Eduard Kasner definió el número 10 elevado a 100, es decir, el número uno y cien ceros, llamado Googol. Empero, en todas partes existen los errores y debido a uno de ellos, a la hora de registrar la marca, quedó como Google.
La marca es un nombre, y en las personas que conocemos podemos sentir cómo sus nombres representan automáticamente algo, bueno o malo, dependiendo de la relación que tengamos con ellas. Algunos nombres entre nuestras amistades se repiten y no necesariamente tenemos las mismas percepciones de todas ellas, y en no pocas veces las confundimos. Lo mismo sucede con las marcas comerciales, por lo que las autoridades deben ser más estrictas para aceptar los registros de las que se parecen, como es el caso -por ejemplo- de los edulcorantes naturales como la Estevia, que se confunde su marca comercial con la Esvetia, que hasta en el color de las etiquetas son de colores parecidos, pero sus contenidos son diferentes.