03/May/2024
Editoriales

La motocicleta Harley-Davidson

No sé conducir una motocicleta; jamás lo he intentado y ya no tengo edad para iniciar una nueva aventura. Sin embargo, eso no impide que vea con admiración a quienes lo hacen y la marca que más me agrada es la clásica norteamericana Harley-Davidson. 

Su exitosa historia inicia en 1903 cuando cuatro amigos decidieron fabricar en Milwaukee, una motocicleta. Ellos eran: el dibujante William S. Harley (1880-1943), el modelista Arthur Davidson (1881-1950), el mecánico William Dadvison, y el dibujante industrial Emil Kruger. Fundaron un taller mecánico al que llamaron Harley-Davidson Motor Co. Y se entusiasmaron con la epopeya de los hermanos Wrigth que elevaron el primer avión. Acordaron fabricar una motocicleta que “volara” sobre el asfalto de las carreteras. Y nueve años después, en 1912, sacaron al mercado su primera motocicleta: la Silent Grey Fellow (el silencioso compañero gris), que no hacía ruido al usarse, al revés de lo que hoy procura esa marca.

Poco a poco fueron cambiando el estilo por otros modelos más rápidos y resistentes y entonces las ventas fueron subiendo. Fueron grandes innovadores: el primer sillín con amortiguadores, el primer arranque de pedal, la primera transmisión de tres velocidades, y otras novedades que el público festejaba. En 1917 les dieron el contrato de abastecer de motos al ejército norteamericano en la Primera Guerra Mundial: 17 mil unidades de un golpe. Les fue bien hasta que en 1929 llegó la crisis norteamericana y la empresa sorteó la quiebra trabajando para el ejército y la policía. Su publicidad era un motociclista vestido con corbata, pantalones bombachos y gorra, imagen totalmente diferente a la actual. Así se mantuvieron en el mercado hasta que después de la Segunda Guerra Mundial decidieron cambiar de look, porque se pusieron de moda los chicos malos, con las películas The Wilde One en 1954 con Marlon Brando; y Easy Rider en 1969 con Peter Fonda, Dennis Hooper y Jack Nicholson. Esto marcó a Harley- Davidson, y ahora no sólo venden máquinas sino también ropa road movie.

Se convirtió en el icono de los Ángeles del Infierno, un club de motociclistas opuestos a la moral y estética conservadora. Insospechadamente, a los ejecutivos también les gustó la idea de disfrazarse para sacar su “lado rebelde” los fines de semana. Y llegó la fiebre de Harley-Dadvison al mundo pues las celebridades compraron la suya. Hay ahora un ‘Harley Owners Group’ con más de 60 mil socios. Las excursiones de estos grupos son sensacionales, lo mismo a las montañas que a las ciudades. Montan su máquina hombres solos, mujeres solas y parejas, incluso algunas de ellas cargan con su bebé de brazos. Ciertamente en Europa y Asia existen modelos de motocicletas más cómodas y bonitas, pero el estilo Harley-Davidson es único; nos gusta hasta a los que no somos motociclistas.