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Exdictador panameño Manuel Noriega, derrocado por EEUU, muere a los 83 años

CIUDAD DE PANAMí  - El exdictador panameño Manuel Noriega murió el lunes a los 83 años, tras pasar los últimos meses de su vida en coma y luego de que fuera sometido a varias operaciones cerebrales de la cuales no se recuperó.

Noriega copó los titulares internacionales el 20 de diciembre de 1989, cuando unos 28.000 soldados estadounidenses tomaron por asalto Ciudad de Panamá para derrocar a su brutal régimen (1983-1989) que espió para la CIA, trabajó con los narcotraficantes y torturó a sus enemigos.

El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, confirmó el hecho cerca de la media noche del lunes, a través de su cuenta oficial de Twitter. "Muerte de Manuel A. Noriega cierra un capí­tulo de nuestra historia; sus hijas y sus familiares merecen un sepelio en paz", escribió.

Ezra íngel, abogado de Noriega, dijo a Reuters en un mensaje de texto ví­a celular: "confirmamos la muerte del General Noriega, y pedimos respeto a la intimidad de sus familiares en estos momentos de dolor".

íngel agregó que por el momento no se espera que alguna de las tres hijas del fallecido exdictador hable con respecto a la muerte de su padre, incluso no se han dado detalles sobre el sepelio.

Actualmente Sandra Noriega, una de las hijas, es integrante del Partido Revolucionario Democrático.

Medios de comunicación de la isla caribeña esperaban afuera del hospital Santo Tomás para conocer más detalles sobre actividades en torno al deceso. No está claro si el cuerpo de Noriega permanece en dichas instalaciones.

Tras pasar los últimos 26 años en cárceles de Estados Unidos, Francia y Panamá por el asesinato de enemigos polí­ticos, lavado de dinero y narcotráfico, Noriega logró en enero prisión domiciliaria en casa de una de sus tres hijas antes de someterse a una operación para extirparle un tumor cerebral.

La cirugí­a se realizó a principios de marzo, pero el anciano exdictador sufrió una hemorragia, se sometió a una segunda operación y se encontraba en coma desde entonces.

Un funcionario del Gobierno panameño, hablando bajo condición de anonimato, dijo que Noriega murió alrededor de las 23.00 hora local en el hospital donde estuvo internado desde principios de marzo luego de que su condición empeorara repentinamente.

La mayorí­a de los panameños se habí­a ido a dormir cuando se conoció la noticia de su muerte, por lo que la reacción local fue inicialmente apagada.

"Su fallecimiento termina una época y dadas las circunstancias debe ser su funeral en paz, creo que nosotros los panameños tenemos que recordar esa época como algo que no puede repetirse en Panamá", dijo Aurelio Barrí­a, exlí­der de la Cruzada Civilista, un grupo que se opuso a la dictadura de Noriega.

Los largos años de reclusión, muchas veces aislado, dos ataques cerebrovasculares y un cáncer de próstata dejaron al exdictador en silla de ruedas y con aspecto frágil, una versión reducida del osado general del Ejército que blandí­a enérgico un machete en sus mí­tines aplaudido por la multitud.

El carácter desafiante del exdictador decayó en el ocaso de su vida y en el 2015 llegó a pedir perdón a Panamá por los desmanes de gobiernos militares del pasado, incluyendo el suyo, por el que fue sentenciado a unos 60 años por tres condenas en casos de homicidio y desapariciones forzadas.

La corrupción bajo su mandato llegó a tal punto que un subcomité del Senado estadounidense aseguró que Noriega creó "la primera narco cleptocracia del hemisferio" y se refirió a él como "el mejor ejemplo reciente" de cómo un lí­der extranjero puede manipular a Estados Unidos en contra sus intereses.