03/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Junio 20 de 1905: Nace en Monterrey Mateo A. Sáenz, médico, maestro universitario y escritor. Todos sus estudios los hizo en esta Ciudad, hasta egresar de médico cirujano y partero en la facultad de Medicina de la UANL. Su vida familiar junto a sus cinco hermanas transcurrió como la de muchos nuevoleoneses. Visitaba seguido el municipio de General Treviño en donde tenía sus raíces familiares y desde joven evidenciaba sus inquietudes sociales, dedicándose a apoyar a los desvalidos. En su trayectoria sobresale haber sido fundador de la Escuela de Cooperativismo, y el Tribunal de Menores. Fue un hombre honesto de ideas liberales y ateo, sin embargo, a lo largo de su vida sostuvo amistad con algunos sacerdotes.

Su cátedra en el Colegio Civil fue célebre, pues sus alumnos lo querían mucho por su forma de enseñar los avances de la ciencia. También dio clases en la preparatoria número UNO (diurna), y en la preparatoria TRES (nocturna) dedicada a educar a trabajadores, escuela que dirigió en forma atinada y entusiasta. Su especialidad como catedrático fue la historia de México, y llamaba la atención de sus alumnos porque investigaba antes de su clase y siempre tenía algún dato novedoso de los personajes históricos nacionales. Fue anfitrión, junto a Ángel Martínez Villarreal, de los médicos españoles que llegaron a Monterrey como refugiados políticos. Dejó obras escritas muy interesantes, destacando “Un curso de historia de México”, libro que contiene algunos capítulos polémicos, porque polémica fue toda su vida.

En su libro “Anecdotario”, prologado por el maestro Raúl Rangel Frías, dice el impulsor de la creación de la Universidad de Nuevo León, que Mateo A. Sáenz fue un hombre pobre que pudo ser rico,  pues en su época era sencillo allegarse buenos honorarios si se hubiese dedicado a atender a los pudientes, pero su vocación fue atender a los pobres. Adicionalmente al que comento, sus principales libros fueron: Cartas de un médico viejo para su hija; Leyendas regionales de Nuevo León; Antecedentes de la Revolución Mexicana de 1910; Prosa dispersa; y Antecedentes Ideológicos, Socioeconómicos e Históricos de la Constitución de Apatzingán, más otros y una gran cantidad de ensayos. El Consejo Universitario lo nombró Maestro ad – vitam de la materia de Historia de México a nivel preparatoria. En lo profesional, fundó varias clínicas médicas, siempre con la consigna de ayudar a los enfermos sin recursos económicos. Su ateísmo lo llevaba al extremo, y prueba de ello es que para su entierro, dejó grabada su voz negando la existencia de Dios. En el Centro Cultural Colegio Civil está un busto suyo en reconocimiento a su trabajo en pro de la educación.