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Los recortes de AMLO en plena crisis del coronavirus

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, apuesta a las medidas de austeridad en lugar de otorgar paquetes de ayuda a empresas en plena crisis de COVID-19, y eso provoca críticas

La economía de México sufre los efectos de la crisis del coronavirus, y eso, por diversos motivos. Por un lado, debido al estrecho vínculo de su economía con la de Estados Unidos, el país más afectado por la crisis en el mundo, hacia donde se dirige un 75 por ciento de las exportaciones mexicanas. En 2019, México exportó bienes por un valor de 358.000 millones de dólares a ese país. Asimismo, 11 millones de mexicanos viven más allá de la frontera que demarca el Río Grande, y sus remesas son vitales, sobre todo para las regiones campesinas del sur mexicano. Al peligro de que una disminución de las exportaciones y de las transferencias de dinero se suma la caída del precio del petróleo, la debilidad del peso mexicano y la crisis del turismo debido al coronavirus. La economía mexicana ya estaba estancada en 2019, y los expertos consideran que este año sufrirá una caída de, como mínimo, un seis por ciento.

Elizabeth Soriano, de 44 años, sufrió una gran conmoción al ser despedida de su trabajo en una fábrica de materiales de construcción. Al principio estaba desolada. "Ahora ya estoy más tranquila”, dijo a DW. "Entiendo que no solo me sucede esto a mí, y que esta situación afecta a muchos”.

Sin paquetes de ayuda

El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se enfrenta a la difícil tarea de evitar que la crisis de COVID-19 tenga consecuencias aún peores. Una gran parte de la población del país ya lucha día a día por su sustento y supervivencia. Para Elizabeth Soriano, el panorama todavía no es tan sombrío, pero también tuvo que ajustarse el cinturón. Recibió una indemnización de su empresa al ser despedida, explica. "Pero ahora tengo que cuidar mucho mis gastos, hasta que la economía mejore”, dice. Nadie sabe cuánto durará esta situación. "Muchas compañías han cerrado, y los negocios están parados. En este momento no se contrata a nadie”, cuenta. Además, no hay programas estatales de ayuda, ya que, al contrario de la mayoría de los países industrializados, el presidente mexicano se niega a otorgar paquetes millonarios de rescate, así como alivios impositivos, a las empresas. En lugar de tomar nueva deuda, apuesta a los recortes en los organismos del Gobierno con reducción de salarios y anulación de bonificaciones.

López Obrador teme que otra toma de deuda podría poner a México a merced de los acreedores extranjeros o del Fondo Monetario Internacional (FMI). Por otra parte, las ayudas estatales apenas llegarían a beneficiar al sector informal, en el cual está empleada más de la mitad de los trabajadores mexicanos. Asimismo, el presidente advierte que, a lo largo de la historia, las empresas siempre aprovecharon los paquetes de rescate para su propia ventaja.

Medidas de ahorro en la crisis del coronavirus

Según López Obrador, el plan coyuntural de su gobierno no condice con el modelo neoliberal. "Por eso, el plan de recuperación económica no se ajusta al modelo neoliberal o neoporfirista. Ya rompimos el molde que se usaba para aplicar las llamadas medidas contracíclicas que solo profundizaban más la desigualdad y propiciaban la corrupción en beneficio de unos cuantos", dijo en su discurso del 5 de abril de 2020. Sin embargo, el modelo según el cual se inyecta dinero en una economía recesiva no es una idea neoliberal, sino un concepto de la teoría del economista John Maynard Keynes. De acuerdo con ella, el mercado no se regula por sí mismo, sino que es necesaria una intervención del Estado. Los expertos en Economía abogan de manera casi unánime a favor de financiar grandes inversiones públicas, ya que, en su opinión, si continuasen los recortes en el presupuesto estatal, eso podría agudizar el peligro de una mayor recesión.

Esa es la paradoja de esta crisis: que aquellos que, en tiempos normales, celebran el libre mercado -es decir, la poderosa asociación empresarial de México- ahora critican a López Obrador por su política económica cautelosa y piden a gritos ayuda estatal. Pero AMLO parece no dejarse confundir. "Entiendo que los conservadores y quienes han medrado con el llamado modelo económico neoliberal de privatización de ganancias y de socialización de pérdidas, no compartan nuestra visión de desarrollo con justicia y democracia”, señala el presidente mexicano, que apuesta por la austeridad.

"Ponerlos bajo presión”

En estos momentos crece enormemente la presión por parte de EE. UU. Para que México abra nuevamente su economía. Desde el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN, en inglés NAFTA), México se convirtió en un importante emplazamiento productor a nivel internacional. En las fábricas a lo largo de la frontera, cientos de miles de trabajadores arman desde autopartes hasta televisores, para el mercado estadounidense. Algunas automotrices planean reabrir esta semana sus fábricas en EE. UU., entre ellas, BMW y Mercedes Benz, en Carolina del Sur.

Pero México quiere reiniciar su actividad económica en dos fases: una, a partir del 18 de mayo, y la otra, desde el 1 de junio. Es por eso que un grupo de senadores estadounidenses pidió al secretario de Estado de EE. UU., Mike Pompeo, "poner bajo presión” al Gobierno mexicano para que no interrumpa las cadenas de distribución, tan importantes para las compañías estadounidenses. El embajador de EE. UU. en México advirtió que ese país debía acceder a las necesidades de su país, ya que, de lo contrario, arriesga la pérdida de puestos de trabajo.

En una conferencia de prensa en Ciudad de México, el ministro mexicano de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, subrayó que México no cambiará su definición de empresas "esenciales”. "Somos parte de una cadena de distribución global, pero la prioridad de México es hoy la salud y la seguridad de los contagiados, y las medidas de la Secretaría de Salud, a fin de evitar la propagación de la COVID-19”, señaló Ebrard. "Eso no es en este momento un problema bilateral”.