25/Apr/2024
Editoriales

Mayo 31 de 1933: Se crea la Universidad de Nuevo León

Mayo 31 de 1933: Se crea la Universidad de Nuevo León, promlgándose la Ley Orgánica de esa Institución, creada para "procurar la educación integral del hombre en un plano de absoluta igualdad y en justo equilibrio de fuerzas, valores y actividades".

Inician los cursos el 25 de septiembre de ese año en cuatro facultades y seis escuelas: Medicina, Derecho, Ingenierí­a Civil, Quí­mica y Farmacia; la Normal, el Colegio Civil –como Escuela de Bchilleres-; la "ílvaro Obregón" (antecedente de la FIME); la "Pablo Livas", Enfermerí­a y Obstetricia. En total eran 197 alumnos de ilicenciatura y mil 229 de bachillerato. Fueron los gobernadores Aarón Sáenz y Francisco A. Cárdenas quienes sembraron la semilla para instituir la educación universitaria, con una nueva ley de Instrucción Pública que urgí­a al Colegio Civil a convertir sus cátedras en universitarias, y en ese momento numerosos profesionales se sumaron a esta empresa.

Originalmente se buscaba crear una Universidad en el norte de México para desahogar a la de la capital, pues para los norteños era más fácil irse a estudiar a Estados Unidos que a la Capital, pero Chihuahua y Coahuila también deseaban la sede de esa universidad regional, complicándose el proyecto. Se cambia la idea y se forma una coordinación para gestionar la creación de una Universidad sólo para Nuevo León, y el grupo promotor es encabezado por el gobernador, ingeniero Francisco A. Cárdenas y una delegación formada por Juan Manuel Elizondo, José Alvarado, Raúl Rangel Frí­as, y representantes de la empresa, la banca, profesionales, maestros y estudiantes cuya tarea era redactar las bases orgánicas de la Universidad.

Al nacer, la Universidad de Nuevo León tení­a por lema "Mi raza como norma, la humanidad como horizonte", y se convierte en el centro de la cultura de Nuevo León y del noreste mexicano. Pero llega el primer tropezón serio con la "socialización de la educación" del presidente Lázaro Cárdenas, pues el rector íngel Martí­nez Villarreal hace la conversión ideológica sin libertad de cátedra. Y como era lógico en una entidad como la nuestra, hay protestas y estalla una huelga que culmina en la disolución de la Universidad, el 28 de septiembre de 1934 y en su lugar se crea la Comisión Organizadora de la Universidad Socialista.

Hasta un año después, el 7 de septiembre de 1935, el gobernador Pablo Quiroga la sustituye por Servicio de Cultura Superior para continuar con las clases marxistas. Crea el Instituto de Orientación Social, la Escuela de Cooperativismo y la Escuela Normal Socialista. El departamento de Extensión Universitaria promueve la cultura y el departamento Deportivo fomenta el atletismo, béisbol, fútbol soccer y fútbol americano.

En diciembre de 1937 se crea la Escuela de Bachilleres nocturna, hoy Preparatoria 3, para que los obreros pudieran acceder a estudios profesionales. En septiembre de 1938 se funda el Hospital Civil José Eleuterio González; en mayo de 1939 la Escuela de Música y la Facultad de Odontologí­a en septiembre. Hasta que llega Manuel ívila Camacho a la presidencia de la república en 1940, inicia un proceso de regresión a la libertad de cátedra y se restablece la Universidad de Nuevo León. Con nueva Ley Orgánica en 1943, el gobernador Bonifacio Salinas Leal, el rector Enrique C. Livas, el comisionado de la Secretarí­a de Educación Pública, Octavio Véjar Vázquez y Raúl Rangel Frí­as, reanudan con entusiasmo la enseñanza profesional.

De esta etapa emergen dos importantes figuras: el licenciado Raúl Rangel Frí­as y el doctor Eduardo Aguirre Pequeño, quien desde el Instituto de Investigaciones fomenta la creación de nuevas facultades y escuelas, como Ciencias Quí­micas en 1943, Ingenierí­a Mecánica en 1947, y Arquitectura también en 1947. Ahora el nuevo emblema de la Universidad es una antorcha, su flama y un elipse de electrón, más el lema "Alentando la llama de la verdad", que augura nuevo destino cientí­fico y humanista. En 1949 el rector Rangel Frí­as establece la Biblioteca Universitaria "Alfonso Reyes", el Instituto de Estudios Humaní­sticos y la Escuela de Verano que convoca a los mejores maestros del mundo. Se construye el actual edificio de la Facultad de Medicina, y en 1952 el actual Hospital Civil –hoy Hospital Universitario- para prácticas de estudiantes. Nacen Filosofí­a y Letras, y entre 1950 y 1954, Comercio y Administración, Ciencias Fí­sico-Matemáticas, Ciencias Biológicas, y Agronomí­a, gracias a Aguirre Pequeño. Economí­a nace en 1957.

Rápidamente el número de facultades y personal fue creciendo, hasta que se requirió construir en 1958, la Ciudad Universitaria, complejo de edificios académicos y espacios deportivos localizados en San Nicolás de los Garza, en los lí­mites con el municipio de Monterrey. Desde el año de 1967 hasta 1972 diversas manifestaciones sociales y polí­ticas obligaron al gobierno a disminuir su injerencia en la institución y otorgarle el estatus de autonomí­a incorporándola a su nombre, quedando en Universidad Autónoma de Nuevo León.

La UANL ha vivido desde entonces un creciente fortalecimiento en la academia e investigación, diversificación de carreras, con mejores equipos, laboratorios y tecnologí­as. La creciente población escolar que rebasa a los 180 mil estudiantes, la ha obligado a abrir planteles fuera del área metropolitana, como la Preparatoria Técnica Médica, y las facultades de Ciencias de la Tierra y Ciencias Forestales. Artes Plásticas, Música, Teatro, Danza y Cinematografí­a en 1982, que junto a Veterinaria, Ciencias de la Comunicación y Ciencias Polí­ticas, conforman la Unidad Mederos donde se levantarí­a en 1991 el Teatro Universitario.

La unidad Churubusco de la Escuela Industrial y Prepa Técnica "ílvaro Obregón". En 1994 se inauguró la red de fibra óptica para la Biblioteca Universitaria "Raúl Rangel Frí­as" que la eleva a los más altos niveles internacionales, y su estupendo Centro Cultural Colegio Civil es piedra angular de la cultura de nuestro Estado. La Universidad Autónoma de Nuevo León es considerada como una de las dos mejores universidades públicas fuera del centro del Paí­s, con cátedras de maestrí­a y doctorado en casi todos los frentes académicos; sus profesionales egresados destacan dentro y fuera de México, y su prestigio entre la sociedad nuevoleonesa es sólido y creciente. Le deseo larga vida a mi querida Universidad Autónoma de Nuevo León, alma mater de la inmensa mayorí­a de los profesionales norestenses de México.