Según las autoridades, el cese al fuego debía permitir no solamente llegar a las elecciones en absoluta paz, sino vivir en "un país donde la convivencia pacífica sea la que rija las relaciones entre los ciudadanos".
Habana - El Gobierno de Colombia y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) reiniciaron este jueves (10.05.2018) en Cuba el quinto ciclo de los diálogos de paz con el objetivo de conseguir un alto el fuego. "Tenemos que dar pasos decisivos y que tienen que ver con acordar un cese al fuego estable y más robusto", aseguró Gustavo Bell, representante de la delegación del Gobierno de Colombia.
El jefe negociador gubernamental señaló que el cese al fuego debía permitir no solamente llegar a las elecciones en absoluta paz, sino vivir en "un país donde la convivencia pacífica sea la que rija las relaciones entre los ciudadanos".
"Somos completamente conscientes de la responsabilidad histórica que tenemos", aseguró Bell, que consideró "razonablemente optimista" para que estas negociaciones consigan "resultados concretos y favorables a mediano plazo".
"Ninguna adversidad hará que se levanten de la mesa de diálogo", aseguró Pablo Beltrán, jefe de la delegación del ELN. Ambas delegaciones aseguraron que trabajarán para concretar un alto el fuego bilateral y la participación de la sociedad colombiana en el proceso de paz.
Sin preguntas de la prensa
En un salón de protocolo al oeste de La Habana, los equipos negociadores mantuvieron un primer encuentro público con los medios, en el que no hubo preguntas de la prensa. "Alcanzar la paz en Colombia constituye un anhelo histórico de toda la región de américa Latina y el Caribe", aseguró Iván Mora, jefe del equipo de garantes de Cuba.
El diplomático cubano señaló su país no dudó "en aceptar nuevamente la responsabilidad de acoger como sede el proceso de paz en Colombia". Anteriormente, La Habana acogió las negociaciones de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), y ahora es sede de los diálogos con el ELN tras la negativa de Ecuador a acoger los encuentros.
