Editoriales

Le decían simplemente Talleyrand

Le decían simplemente Talleyrand, pues su nombre Charles-Maurice de Talleyrand-Périgord era demasiado formal y él, a pesar de ser un hombre muy culto e influyente procuraba dar la impresión de sencillez que le permitía hablar con soltura y le daba más realce a su rapidez en las respuestas a cualquier tema, y no siempre en forma cómoda.

 Un día, estaba Talleyrand a las puertas de la muerte y el diagnóstico del médico fue:

_Por el momento no hay peligro. El corazón funciona bien.

Más tardó en dar su diagnóstico cuando Talleyrand replicó:

_¡Claro! ¡Ha servido tan poco!

Ni él mismo se perdonaba a la hora de ser mordaz