Los usuarios del transporte público de Guadalupe y, concretamente, quienes viven en las colonias localizadas hacia el sureste de las avenidas Serafín Peña y Eloy Cavazos, enfrentan un serio problema de movilidad urbana, al carecer un adecuado, eficiente y rápido medio de transporte.

 Hace varios años, la Ruta Dos ofrecía un muy aceptable servicio entre esas colonias alejadas del centro de Guadalupe, a más de treinta, cuarenta y cinco y sesenta minutos del área urbana que cruza toda la Calzada Madero, hasta el Hospital Civil y el poniente de Monterrey.

 Pero, hoy día, quienes manejan los asuntos del transporte urbano y sus rutas y el servicio que proporcionan a la ciudadanía, ni siquiera se dan una vueltecita para observar las penalidades de los ciudadanos que marginó el sistema neoliberal, como lo señalara el presidente López Obrador.

 Larguísimos minutos de espera. Unidades atestadas. Gente amontonada, casi unos sobre otros, en las horas pico (entrada y salida de labores cotidianas), suciedad, abandono de unidades, etc., etc.

 Bueno sería, comenta El Polaco, que Samuel García, el popular y flamante gobernador electo, conociera las condiciones en que se moviliza en el área metropolitana la ciudadanía “de a pie” y, una vez posesionado del cargo, se acuerde de la existencia de este gran conglomerado humano, en “penitencia cotidiana” por carecer de un “mueble” y con aire acondicionado, para estos días de verano.

 Desafortunadamente, y todo mundo lo sabemos, es sólo un ejemplo multiplicado en toda la zona metropolitana de Monterrey.