El gobernador de Nuevo León ha anunciado el regreso a clases presenciales a finales de mayo o principios de junio. Claro que este anuncio lo hizo una vez que el gobierno federal anunciara que se vacunará a todo el magisterio del país, que en el universo estatal significa inmunizar a 128 mil 309 personas, que incluye además de los maestros al personal administrativo, intendencia y de apoyo en los planteles educativos.  

Si fue difícil cerrar las escuelas y darles mantenimiento durante un año que permanecieron vacías, reabrirlas será toda una odisea, pues ya no es sólo la situación física -sin mantenimiento adecuado- y del personal, sino también el problema con los estudiantes, que se desacostumbraron al proceso de traslado, alimentación y disciplina.

John Dewey, en su libro The School and Society, nos dice desde 1899 que “es a la escuela a quien le incumbe educar e instruir; y no podrá lograrlo, dice Dewey, mas que creando para el niño de la era de las máquinas (hoy es la era de computadoras), con la sociedad y las instrumentales del mundo moderno. La escuela deberá ser un microcosmos, reflejo de la sociedad y lugar unificador de sus divisiones. Si la escuela hace participar al niño en la sociedad, le inculcará la sociabilidad, que será más tarde un precioso factor de armonía social”.     

Nuestros niños estudiantes re descubrirán a sus maestros, a sus compañeros, y a sus amigos. Es decir, que iniciará un proceso de readaptación del que deberán estar muy pendientes los padres, tanto como la primera vez que los llevaron al Jardín de Niños.

De ello depende el éxito de este regreso a clases. La difícil prueba deberá ser aprobada por el gobierno, pero cada padre de familia también estará a prueba, y quien no haga su tarea está jugándose el futuro de sus hijos, algo de lo más relevante. Cuidado.