02/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

 

Diciembre 23 de 1846: Antonio López de Santa Anna y Valentín Gómez Farías son nombrados presidente y vicepresidente de la República, respectivamente. En su gabinete destacan nuestro paisano Valentín Canalizo como ministro de guerra; Fernando Ramírez como titular de Relaciones Exteriores, Pedro Zubieta en Hacienda y Jesús Ortiz en justicia. Eran tiempos difíciles para la patria invadida, pues el 24 de septiembre anterior, Monterrey había caído en manos de los estadounidenses al capitular el general Ampudia y firmar con Taylor un armisticio. Así que Santa Anna se fue a pelear contra los invasores dejando a Gómez Farías en la Presidencia de la República, pues la grave situación había llevado al presidente provisional, Mariano salas, a decretar el 2 de octubre anterior una contribución especial para financiar la guerra, afectando a los propietarios de fincas urbanas en todas las regiones del país.

Sin embargo, el decreto presidencial fue recibido con disgusto por los propietarios y no se cumplió. Pero la invasión sí continuó. Cuatro días después, el 6 de octubre, el comandante norteamericano Dupont se apoderó en el Pacífico de las naves mexicanas Libertad y Fortuna, la goleta Rosita, y las balandras Chapita y Alerta, para luego atacar Guaymas que era defendido por el coronel Antonio Campuzano. Por el lado del Golfo de México, el 15 de octubre, Puerto Alvarado, Veracruz recibe el asedio de la flota norteamericana integrada por los buques Cumberland, Mississipi, Vixen, Reefer, Bonita, McLane, Petrel, Forward, y Nonata. Sin embargo, las tropas mexicanas se baten, y defienden con éxito la plaza haciendo que se replieguen los gringos. Ante el fracaso de Alvarado, el 23 de octubre, el comodoro Edmund Conner envió una flota encabezada por el Mississipi a atacar Tabasco.

El teniente coronel Juan Bautista Traconis no entregó la plaza de Frontera, y tras una serie de bombardeos, el comandante Perry se apoderó de ella. El 13 de noviembre, Taylor dio por terminado el armisticio convenido en la entrega de Monterrey y avanzó con rumbo al sur. Por el otro lado, el 14 de noviembre cayó Tampico y ello trajo repercusiones políticas en México; el 19 de noviembre, Tabasco desconoció al gobierno federal por su incapacidad de repeler al invasor y no enviarles ayuda para la defensa, nombrando gobernador y comandante general a Juan Bautista Traconis. El separatismo cunde y Yucatán se declaró neutral en el conflicto de México y Estados Unidos, aplazando la reincorporación de la península a la República y se nombró gobernador a Domingo Barret. El 13 de diciembre, el comodoro Conner se dirigió al puerto de El Carmen, Campeche, y 8 días después se rindió la plaza. Es en este momento cuando entraron a gobernar Santa Anna y Gómez Farías, quienes continuaron sus disputas ideológicas y pragmáticas, pues cuando Santa Anna dejó la presidencia para irse a pelear, Gómez Farías asumió el poder e impulsó sus reformas liberales, nada más para que Santa Anna regresara como siempre a deshacerlas. De esta forma, peleados los mexicanos unos contra otros, fuimos presa fácil para los invasores que suspendieron la guerra sólo cuando se les entregó todos los territorios nórdicos que representaban más de la mitad de nuestro patrimonio territorial. Por eso es demasiado peligroso fomentar la división entre los mexicanos, pues nuestra capacidad de defensa y de respuesta ante cualquier ataque, disminuye considerablemente.