01/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Enero 10 de 1989: es detenido en su casa de ciudad Madero, Tamaulipas, el poderoso líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, acusado de acopio de armas y asesinato. JHG nació en Tampico, el 12 de agosto de 1922, casado con Carmen Correa García, procreando ambos a cuatro hijos. A finales de los años 30, La Quina consiguió trabajo en PEMEX, y para 1958 ya era el influyente secretario del trabajo de la Sección Uno de la Paraestatal. Con una inusual popularidad al interior del sindicato, Hernández Galicia, sustituyó en diciembre 1 de 1961 al líder nacional petrolero Alejandrino Posadas, iniciándose así la época de mayor presencia y poder político del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana. La Quina llegó a ser amo y señor en la toma de decisiones de todas las posiciones políticas en las zonas petroleras del país, pues su poderoso emporio implicaba el uso de enormes cantidades de dinero que el sindicato obtenía por canonjías que la Paraestatal le otorgaba, y aunque la población desaprobaba ese manejo, nadie se atrevía a denunciarlo. Sin embargo, su sobrada influencia política fue utilizada en 1988 para enfrentar a la candidatura de Carlos Salinas de Gortari, quien llegó a la Presidencia de la República con avidez de una legitimación pública, debido a que su elección era cuestionada por su opositor Cuauhtémoc Cárdenas.

La mañana del 10 de enero de 1989 la opinión pública nacional se enteró con asombro y agrado de un operativo de las fuerzas públicas federales que tomaban por asalto la casa de La Quina en ciudad Madero, Tamaulipas, quien fue transportado en avión a la ciudad de México, al igual que su compañero Salvador Barragán Camacho, famoso por sus exageradas muestras de derroches económicos en lugares públicos. Ambos fueron acusados de acopio y uso de armas ilegales así como de asesinato en primer grado. Igualmente fueron detenidos José Sosa, líder formal en ese momento del sindicato y Sergio Bolaños, socio y prestanombres de La Quina. Hernández Galicia firmó una declaración aceptando los cargos, más los de introducción ilegal de aeronaves con costo de 10 millones de dólares, evasión fiscal por 3 mil 500 millones de pesos y de atentar en contra de la seguridad nacional, aunque posteriormente declarara a medios que fue obligado a firmarla.

Él y sus amigos fueron condenados a 35 años de cárcel. Se desmanteló la directiva del sindicato, al ser destituidos otros 30 dirigentes petroleros y desplazados por el nuevo liderazgo de Sebastián Guzmán Cabrera, quien cuatro años después cedería su puesto a Carlos Romero Deschamps, líder que alcanzó a tener un poder casi tan grande como el de La Quina. Por cierto, Joaquín Hernández Galicia fue amnistiado en 1997, salió libre, y dos décadas después, el 11 de noviembre de 2013 murió en Cuernavaca. Con esta carambola política que hoy recordamos, Salinas de Gortari se consolidó -en su momento- como un presidente de agallas. En mi libro Entretelones Políticos relato una entrevista que sostuve con La Quina en su casa de Madero, Tamaulipas, cuando estaba en pleno apogeo su liderazgo, pues el tipo tenía lo suyo en materia política. Carlos Romero Deschamps renunció recientemente a su liderazgo, presionado por el nuevo Gobierno federal, y hasta la fecha no se ha definido el nombre de su sucesor. Por su parte, PEMEX ha tenido resultados económicos deficitarios, y el actual gobierno está empeñado en ‘sacar a ese buey de la barranca’, como dice la canción del compositor Rogelio Calzada.