28/Mar/2024
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¿Cómo afecta la crisis del COVID-19 al adulto mayor?

Para la investigadora de la Universidad de Murcia, Elvira Medina Ruiz, la crisis del COVID-19 debe ser la oportunidad para reformular el sistema de protección para la vejez y crear un nuevo sistema de atención social y sanitario.

 

Con una caída de la ocupación y la modificación de ambientes laborales, el aumento de riesgo de pobreza, un mayor sentimiento de soledad social y la inseguridad y el miedo son algunas de las formas en las que la pandemia por el coronavirus está afectando a la población de la tercera edad.

 Sin embargo, para la investigadora de la Universidad de Murcia, España, Elvira Medina Ruiz, la crisis del COVID-19 debe ser la oportunidad para reformular el sistema de protección para la vejez y la dependencia creando un nuevo sistema de atención social y sanitario.

 “Es importante crear modelos de atención centrados en la persona, en donde se atienda esta parte social y emocional de los mayores, con servicios de acompañamiento y voluntariado”. Elvira Medina Ruiz, Investigadora de la Universidad de Murcia, España

 

Puntos de vulnerabilidad

De acuerdo con la especialista española, la vulnerabilidad social es el grado en que las personas pueden ser susceptibles a las pérdidas, los daños, el sufrimiento y la muerte, en casos de desastre o siniestro.

 Se da en función de las condiciones físicas, económicas, sociales, políticas, técnicas, ideológicas, culturales, educativas, ecológicas e institucionales.

Además se relaciona con la capacidad de un individuo o de una comunidad para enfrentar eventos peligrosos o dañinos específicos en un momento dado.

 

 

 

Factores que enfrentan las personas de la tercera edad:

 

1 Económico: desempleo, incapacidad de jubilarse, bajos ingresos y distribución de la riqueza con la familia.

 

2 Género: mujeres tienen mayor riesgo de exclusión.

 

3 Discapacidad y/o dependencia.

 

4 Enfermedad o problema de salud crónico.

 

5 Ser cuidador principal.

 

6 Soledad no deseada, ausencia en redes y aislamiento.

 

7 Lugar de residencia.

 

“El grado de vulnerabilidad de una población está estrechamente ligado al tamaño y la calidad del sistema de protección social. Hoy en día una tempestad que tenemos encima es la pandemia del coronavirus.

 “Por lo que es preocupante qué es lo que hace el sistema de protección social ante este problema del COVID19, es decir, cómo preservamos nuestros derechos sociales ante esta situación”, puntualizó Medina Ruiz, especialista en trabajo social.

 

Importancia de los derechos sociales

Ante este panorama, la profesora de la Universidad de Murcia hizo hincapié en la importancia de los derechos sociales, porque son los que facilitan a los ciudadanos de un país desarrollarse en autonomía, igualdad y libertad, así como aquellos que les permiten unas condiciones económicas y de acceso a bienes necesarios para una vida digna.

 Entre ellos se encuentran la salud, la vivienda, la educación, la alimentación, el empleo y salario y el sistema de protección social.

 

 

“El paraguas más importante para proteger a las personas mayores, que son las más vulnerables, es el Estado”, aseguró la especialista en intervención social.

 “En una situación de crisis sanitaria, una de las cuestiones más importantes para proteger a las personas y al adulto mayor es el sistema de salud que tenemos; si está preparado, si es público o privado. Y esta cuestión va a repercutir en si los factores de vulnerabilidad suben o bajan”. Elvira Medina Ruiz

 

Propuestas para la protección del adulto mayor:

 

1 Huir de medidas discriminatorias de edad. No porque las personas mayores sean más vulnerables, deben ser aisladas todavía más.

 

2 Sensibilización y apoyo intergeneracional con las personas mayores, como elemento de integración social y de detección de alertas.

 

3 Mantener todas las vías posibles de comunicación (teléfono, videoconferencia, etc.), sobre todo que se incremente el número de actividades físicas, sociales y ocupacionales dentro de las residencias, reforzando esto con los profesionales que sean necesarios para este fin.

 

4 Crear servicios de apoyo psicológico y fisioterapéutico a domicilio.

 

5 Trabajar hacia un modelo de atención que integre el ámbito social y sanitario y la revolución de la longevidad, la multiculturalidad, la dignidad, reflexionando sobre aspectos bioéticos y socioculturales.

 

6 La protección de la salud pública no solo es proteger del contagio a las personas mayores, sino también estimular la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud a través de la realización de actividad física y contacto social frecuentes.

 

 

 

La investigadora Elvira Medina Ruiz participó el 1 de septiembre en el séptimo simposio “Estrategias para una mejor calidad de vida del adulto mayor, durante y después de una pandemia”, en la UANL, con su ponencia “Derechos sociales de los adultos mayores. Retos ante la vulnerabilidad antes y después del COVID-19”.