23/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Agosto 24 de 1821: Se firman los Tratados de Córdoba confirmando la independencia de México. El virrey Juan de O’Donojú firma en Córdoba Veracruz los Tratados que reconocen a nuestro país como independiente de la corona española, y valida de facto los acuerdos tomados por Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero, quienes representaban a los dos bandos, al realista y al insurgente, respectivamente, en donde se declara a México una nación soberana.

Estos Tratados de Córdoba –que en realidad es sólo uno y por tanto debiera llamarse “Tratado de Córdoba”- dejan sin razón de ser al estandarte virreinal que oficializaba actos y convenios durante toda la etapa española en México, que así dejó de otear el cielo mexicano. La bandera insignia de la Nueva España se encuentra a la vista del público en el Museo Nacional de Historia. El último virrey –a quien finalmente le regatearon hasta su nombramiento- llegó a nuestro México con la aureola de héroe nacional español, pues en la guerra contra la invasión napoleónica a España, tuvo una destacadísima actuación.

Sin embargo, intereses son intereses, así que su calidad de héroe no obstó para que su nación lo desconociera como autoridad para legalizar la independencia mexicana, aunque su firma en los Tratados de Córdoba y en el Acta de Independencia Mexicana, fue más que suficiente para que una nueva nación, grande y poderosa naciera de facto. Es importante señalar que nuestro país era muy grande y aún con muchos recursos naturales, a pesar del saqueo que por tres siglos sufrió de los peninsulares que se llevaron cualquier cantidad de metales, y productos naturales preciosos. La pérdida de territorio fue posterior, y es motivo aún de estudios pues no se tiene cabal conciencia de cuán grande era nuestra nación. Así que mientras apenas nos enteramos del tamaño de nuestras pérdidas territoriales, hoy celebramos la caída del estandarte virreinal, con la suscripción de los Tratados de Córdoba.