30/Apr/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

 

Mayo 12 de 1891: Nace en Olinalá, Guerrero, Juan Andreu Almazán, quien sería militar, político y empresario que residió por años en nuestra Ciudad. A la edad de 5 años lo llevaron a vivir a Puebla, y a los 16 años se matriculó en la Escuela de Medicina de Puebla, pero la abandonó porque en 1910 se inició en la política, enrolándose en el maderismo. Sin embargo, al sobrevenir el crimen de Madero, Almazán apoyó al chacal Victoriano Huerta, quien lo hizo general. Así que al llegar Carranza, Almazán se sumó al caudillo Emiliano Zapata, a quien ya había tratado antes, en contra de Don Venustiano. En 1920 se unió al Plan de Agua Prieta y aprovechó sus relaciones políticas con el grupo Sonora para entrar al mundo de los negocios, en el rubro de la construcción. No obstante, Almazán continuaba con su carrera militar y era efectivo combatiendo a quienes se rebelaban al sistema político, por lo que el presidente ingeniero Pascual Ortiz Rubio, lo nombró secretario de Comunicaciones y Obras Públicas.

En 1932 llegó a Monterrey con el nombramiento de jefe de operaciones, y como ya tenía oficio de constructor, erigió la Ciudad militar. Cosechó grandes amistades y construyó su casa en el cerro de Chipinque, siendo la autoridad en el estado, pues quien fuera quien gobernara, debía cumplir con las exigencias de Almazán. En 1938 Juan Andreu Almazán se postuló a la presidencia de México, iniciando su campaña en el mero centro de la Ciudad, con el apoyo de los grandes capitanes de empresa de Monterrey. Registró oficialmente su candidatura en 1939 por el Partido Revolucionario de Unidad Popular. Compitió contra el general Manuel Ávila Camacho, que era el candidato oficial y, como se esperaba, Ávila Camacho obtuvo -por las buenas o por las malas- casi el 95% de los votos. Sus promotores, léase los empresarios regiomontanos, querían que encabezara un movimiento contestatario pero Almazán no aceptó, quedándose solo con dinero pero sin seguidores. Falleció en Ciudad de México el año de 1965, y en nuestra ciudad su legendario nombre evoca el anhelo de que un regiomontano sea Presidente de la República, pues solamente uno ha conseguido esa hazaña, y de forma no convencional.