02/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Diciembre 23 de 1857: Da, el presidente José Ignacio Comonfort de los Ríos un golpe de timón en su gobierno cambiándolo de liberal a conservador, y desconociendo la Constitución recientemente promulgada. Esto implica una traición a su antecesor Juan N. Álvarez, y a toda la corriente liberal. Ahora su fuerza política venía del grupo promotor del plan de Tacubaya –lanzado una semana antes-, que generó las renuncias del ministro de relaciones Antonio de la Fuente, el de justicia, Manuel Ruiz; el administrador de correos, Guillermo Prieto y desde luego cayó el presidente de la suprema corte de justicia, Benito Juárez –a quien apresó- por no aceptar sumarse a este plan. Pero comenzaron las protestas en todo el país. Entre otros, el gobierno de Jalisco se opuso, conformándose un frente amplio para la defensa constitucional de la República con Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Michoacán, Querétaro, y con esa presión política en unos días cayó de la presidencia Ignacio Comonfort.

Al caer Comonfort, Benito Juárez fue liberado y, de acuerdo con el orden constitucional, debía asumir la Presidencia de la República, y así se hizo. Se vivieron días intensos que culminaron poco después en el inicio de la Guerra de Reforma, pero esa ya es otra historia. Este pasaje de la vida nacional muestra que un acto negativo, puede terminar siendo positivo, pues en una especie de auto golpe de estado del presidente Comonfort terminó llevando a Benito Juárez a la Primera Magistratura de la Nación, y es tal vez el mejor presidente que hayamos tenido. Desde luego que Juárez también tuvo sus claroscuros normales entre los seres humanos, pero finalmente trascendió a la historia por su entereza y su nombre es respetado en todo el mundo.