01/May/2024
Editoriales

¿Qué crees que pasó?

Enero 7 de 1922: nace en Monterrey Alfonso Martínez Domínguez, quien llegaría a ser Gobernador y uno de los políticos más importantes en la historia de Nuevo León y de México. Luego de una niñez difícil debido a problemas familiares, inició su carrera en el servicio público desempeñándose como elevadorista en el edificio sede de la Regencia del Distrito Federal. Pronto, su liderazgo natural le llevó a ser el Secretario General del Sindicato de Trabajadores del Departamento del Distrito Federal. Desde esa posición se vinculó a importantes líderes de otras dependencias y se convirtió en su dirigente, llegando a la poderosa Secretaría General de la FSTSE (Federación de Trabajadores al Servicio del Estado), catapultando su liderazgo hasta llegar a ser Secretario General de la CNOP. Con semejante representación se insertó en el grupo político encabezado por Gustavo Díaz Ordaz (Secretario de Gobernación de 1958 a 1963), pues AMD ya había sido diputado federal de 1946 a 1949; y de 1952 a 1955 y, con todo ese bagaje político, fue electo en el año de 1964, diputado federal por el distrito 4 de Nuevo León, con cabecera en Sabinas Hidalgo, para ser el líder de la Cámara de Diputados federales, cuya sede estaba en el mítico edificio de la calle de Donceles. Ahí AMD lució en todo su esplendor político, pues era, en la primera parte de su periodo, al mismo tiempo líder nacional de la CNOP y los nuevoleoneses lo veían con orgullo en los noticieros nacionales dando cátedra política. Terminó su periodo en 1967 presidiendo la ceremonia en donde el presidente Díaz Ordaz tomó protesta, y al año siguiente, ya era el presidente del CEN del Partido Revolucionario Institucional, y aspirante a la gubernatura de Nuevo León. Sin embargo, ese proyecto no cuajó al ser promovido el 1 de diciembre de 1970, como Regente del Departamento del Distrito Federal, por el presidente Luis Echeverría, entregándole la dirigencia del PRI, a Manuel Sánchez Vite. Sin embargo, su carrera política tuvo un tropezón el 10 de junio de 1970 que se dio un enfrentamiento entre la policía del DDF y un grupo de jóvenes que protestaban por la represión a los universitarios de Nuevo León, y se dio una agresión que culminó en matanza, pues a la manifestación llegó un grupo conocido como “Los Halcones” que dirigía el coronel Díaz Escobar, coordinado por la Secretaría de Gobernación. Martínez Domínguez estaba físicamente ese día en Los Pinos con el presidente Echeverría, quien lo mantuvo entretenido en reuniones diversas hasta que los noticieros dieron cuenta de la tragedia, y don Alfonso declaró desde el lugar donde se encontraba la inexistencia del grupo Los Halcones. Fue denostado cuando diversos medios sacaron gráficas demostrando que sí existía y se trataba de un grupo paramilitar organizado. Ahí estaba la oportunidad para Echeverría de deshacerse de Martínez Domínguez, pues su nombre y figura tenía ya altos niveles de popularidad y le hacían sombra política. Echeverría se solazó pidiéndole su renuncia y culpándolo de la masacre. Con esa mancha se fue a la banca política -al ostracismo, decía don Alfonso- hasta que llegó de presidente López Portillo quien lo rescató y con su apoyo llegó a gobernar Nuevo León. Martínez Domínguez utilizó su experiencia y sagacidad política para construir muchas obras públicas, entre ellas el Plan Hidráulico que trajo agua de la presa Cerro Prieto, pagada cien por ciento por la Presidencia de la República, y la Macroplaza, entre otras obras de infraestructura. Pero su obra mayor fue la legislativa. Ahí está su mayor aportación a la construcción de una sociedad nuevoleonesa más justa, llevando a nuestro Estado a los mejores niveles internacionales con iniciativas de leyes para proteger a la niñez y a las madres. Lo legislado gracias a sus iniciativas y empuje, es tan avanzado, que cinco años después fue adoptado por la ONU y de ahí se legisló con esos parámetros en varios países. Terminado su sexenio, Martínez Domínguez fue director de ASA y senador de la República. Murió en noviembre 6 de 2002 y su funeral fue motivo de sentidas manifestaciones populares, y hasta el aparato de gobierno estatal, que era de un partido diferente al suyo, le rindió homenaje en reconocimiento a su destacada figura. Hoy se cumplen cien años de su nacimiento, y habrá varios homenajes en su partido, y El Café Político estará de manteles largos escuchando a su hija Atala Martínez, que relatará la vida del inolvidable político don Alfonso Martínez Domínguez.