Sin duda los relojes Rolex son considerados como un símbolo de éxito profesional y de estatus social. Esta marca, que fue fundada en 1905, adquirió fama mundial por la calidad de sus materiales y la precisión con la que marcan el tiempo.

 “La historia de Rolex se remonta a principios del siglo XX, cuando Wilsdorf y Davis fundaron la compañía en Londres. En 1908, registraron la marca "Rolex" y comenzaron a producir relojes con una precisión y fiabilidad sin precedentes. En 1910, un Rolex recibió el primer certificado de cronometría otorgado a un reloj de pulsera por el Observatorio de Kew en Londres, lo que ayudó a establecer la reputación de la marca”*.

 Durante más de un siglo la marca Rolex ha mejorado su aceptación entre los grupos sociales que integran los más altos estratos económicos. Su valor de mercado depende de sus modelos, la antigüedad, la demanda y su estado de conservación. Pueden llegar a cotizarse en varias decenas de miles de dólares las piezas fabricadas en los años sesentas, mientras que el precio de un Rolex de reciente modelo es variable pero siempre suman varios miles de dólares; aunque los modelos manufacturados en oro elevan mucho más su valor de mercado.

 Desde mi punto de vista, no importa cuánto cueste el reloj que llevamos en la muñeca de nuestra mano, su valor es insignificante comparado con la vida de quien lo porta.

 Recientemente nos enteramos en la noticias que en la ciudad de Tulum, en el interior de una cafetería de una reconocida cadena mundial de café, un empresario regiomontano fue asesinado porque se negó a entregar su Rolex a un integrante de las bandas criminales, que lamentablemente asolan el Caribe mexicano, porque los gobiernos locales han sido incapaces, o quizás indolentes y omisos ante el incremento de crímenes, robos, asesinatos y secuestros que ya están afectando al turismo nacional e internacional.

 Nunca he visto un Rolex, y en mis planes futuros no está el adquirir alguno, pero para quienes tienen la capacidad económica y el gusto por esas rarezas del consumismo, les recuerdo que cuidar la vida es una prioridad, todo lo demás, es secundario. O parafraseando la letra de una canción de Alberto Cortez, en esta vida lo barato se compra con dinero. Lo que es verdaderamente caro no se puede comprar ni con todo el oro del mundo.

*Consulta realizada en gpt-chat.