Junio 23 de 1903: se reelige como gobernador de Nuevo León el general Bernardo Reyes Ogazón. Aunque el índice de abstencionismo fue alto, los resultados electorales fueron muy favorables a Don Bernardo. Acaso esta reelección tuvo sólo una mancha grande, que fue la represión aplicada el día dos de abril anterior para disgregar un mitin político que se manifestaba en favor de otro candidato a gobernador, el abogado Francisco Reyes. El régimen porfirista estaba, a estas alturas, bien consolidado, a pesar de que cada vez era más común escuchar quejas por la creciente desigualdad que había en todo el país, y desde luego, Nuevo León no era la excepción.

Bernardo Reyes era una figura política que había crecido mucho en diversas regiones de la República a través de la llamada corriente Reyista que lo proyectaba como posible candidato a la presidencia para suceder a Don Porfirio. Esto terminó siendo su piedra de tropiezo y de enfriamiento con su jefe, así como con el grupo apodado “Los científicos” que se encargaron de echarle más fuego a la lumbre. A pesar del triste colofón de su vida, el general Bernardo Reyes fue uno de los grandes gobernadores que ha tenido Nuevo León.